Luego de la primera carrera de obstáculos, las cosas parecieron tomar emoción, todos sin duda alguna le daban sus méritos a todos los chicos, pero quien se lelvaba el primer lugar era el shinobi, no dejaba de sorprenderlos, literalmente era un muñeco que podía hacer de todo.
Ahora todos los chicos y chicas estaban en sus respectivos vestidores, cambiándose para seguir con las clases como era costumbre. Y nosotros nos enfocamos en el vestidor de los chicos, donde todos se cambiaban con calma y sin vergüenza alguna.
El rubio llevo sus manos a sus hombros, en donde apretó con fuerza, al momento que las hombreras que tenía se abrían, para luego quitarse su camisa, mostrando que debajo de ella tenía una camisa de mallas negras, los chicos solo vieron su espalda, y notaron que tenía unas grandes cicatrices, algo que los sorprendió ya que nunca se las habían visto antes, o mejor dicho, nunca le prestaron tanta atención.
—Oh, sude demasiado, este es el primer ejercicio de entrenamiento luego de tanto tiempo— comento Aoyama sin prestarle atención al rubio, ya que solo pocos lo miraron, para ser claros, solo sus amigos más cercanos, es decir, Iida, Midoriya y Todoroki.
—Necesito mejorar mi maniobrabilidad— comento Kirishima que sobaba su hombro derecho.
—Lo mejor sería reunir información para compensar eso— comento Tokoyami que se arreglaba la corbata.
—Sí, para que tú y los demás tengan ventaja, maldición viejo, estoy celoso de tí, y también de ustedes bola de presumidos— dijo Kaminari mirando a los primeros cinco competidores.
—Solo debes entrenar más si quieres ser rápido— respondió con serenidad el rubio poniéndose su camisa, mientras seguía con su pantalón puesto.
—Hey chicos, miren lo que encontré— dijo con alegría Mineta a los demás, llamando la atención de todos, al momento que el chico quitaba un cartel para señalar un pequeño hoyo. — ¡Miren este pequeño agujero! ¡Posiblemente sea un regalo del cielo! ¡¿Saben lo que está del otro lado verdad?! ¡¿Saben lo que este bendito agujero significa verdad?! — pregunto con una gran sonrisa pervertida Mineta a sus amigos, quienes tenían una gran gota de sudor por ver la perversión de su amigo, sin saber que sus gritos se escuchaban del otro lado, en donde las chicas ya habían visto el agujero. Jirou se acercó y se pegó a la pared, lista para puyar los ojos del que espié.
— ¡Déjalo de una vez Mineta! ¡Espiar es un crimen grave! — ordeno con seriedad Iida a su pequeño amigo.
— ¡Grave es el dolor que mi pequeño Mineta sufre por no mirar! Si sabes a lo que me refiero— dijo con una sonrisa y la cordura perdida el pequeño pervertido de la clase. — ¡Solo imagínenlo chicos! ¡Con este bendito agujero podremos ver los grandes pechos de Yaoyorozu, la estupenda figura de Ashido, las panties flotantes de Hagakure, el hermoso cuerpo brillante de Uraraka, y no pueden dejar la sorpresa del cuerpo de Asui! ¡Esos esculturales cuerpos a nuestro alcance! ¡Y solo nosotros podremos verlos! — dijo con emoción Mineta.
Los chicos comenzaron a dudar de eso, por una parte del chico tenía razón, ver los cuerpos desnudos de sus compañeras era algo que no podían permitirse ver todos los días, y ahora encontraban un agujero en donde podían verlas, solo una pequeña camada estaba de acuerdo con Mineta, y ese grupo era conformado por Kirishima, Kaminari, Sero, y para sorpresa Ojiro y Tokoyami, pero solo los primeros tres apoyaron la idea.
— ¡Sí, tienes razón, hay que aprovechar la oportunidad! — dijo Kaminari con una gran sonrisa en su rostro, mientras sangre salía de su nariz.
— ¡Eso es hombre, hay que aprovechar esta oportunidades! — comento el pelirrojo con emoción.
—Bueno, no todos los días puedes verlas desnudas— comento Sero con calma, mientras que los demás miraban a sus amigos, otros luchaban para no caer en la tentación, entre ellos estaban Todoroki, Bakugou, Midoriya y Iida, los cuatro sabían que estaba mal, pero por las palabras que dijo el chico, cualquiera quisiera verlas desnudas. Los cuatro chicos se acercaron al agujero, listo para observar, mientras las chicas se sentían enojadas al saber que otros apoyaban a Mineta, por su parte el rubio se levantó de la banca, para caminar hasta los chicos, al momento que los demás se hacían a un lado, no era bueno molestarlo ahora, y menos con esa aura que liberaba su compañero de clase.
