Capítulo 22

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—Uzumaki Naruto ya no es estudiante de esta clase— declaro con serenidad el maestro de la clase A, a sus estudiantes.

— ¡¿Qué?! — fue el grito que todos soltaron al enterarse de eso.

— ¡¿Pero qué dice?! ¡Cómo es eso! — pregunto Kirishima.

— ¡¿Pero porque?! ¡¿Acaso es por lo que paso ese día?! — pregunto Jirou.

— ¡Respóndanos Aizawa-sensei! ¡¿Por qué dice eso?! — pregunto Uraraka al pelinegro.

— ¡Silencio! — dijo el pelinegro activando su Quirk, al momento que todos se sentaban en su lugar, mientras el pelinegro solo suspiraba para mirar con calma a sus estudiantes. —Sí piensan que la escuela tuvo algo que ver con su salida, se equivocan. Uzumaki Naruto decidió irse de la academia por cuenta propia, aquí está la prueba por si no me creen— el pelinegro le dio una hoja a Ojiro quien era el primer en estar cerca.

Todos los chicos se acercaron al chico mono para leer lo que la carta decía, todo lo primero eran términos y condiciones de contratos, cosas que no les importo mucho, lo único que querían ver era que el chico si se iba por cuenta propia.

—Aceptando todos los términos y condiciones dichos con anterioridad. Yo Uzumaki Naruto, me retiro de la institución conocida como Academia Yuuei, la institución No. 1 de Japón en la formación de héroes. Por el motivo de incapacidad motora, con eso declarado, acepto las reglas impuestas en el contrato de no revelar información de la presente institución. Con eso dicho, procedo a firmar el papel de retiro e irme de la institución en paz— termino de leer el chico mono, al momento que todos miraban a su maestro.

—Como les dije, la academia no tuvo nada que ver con su salida, él decidió irse por voluntad propia. Así que con eso declarado ya, todos vuelvan a sus asientos, deben seguir estudiando para los exámenes de final de ciclo, no quiero que hagan ruido— ordeno con serenidad el pelinegro, al momento que los amigos más cercanos del rubio bajaban la cabeza, todos volvieron a sus asientos para tomar las clases de repaso, o eso querían todos, pero no podían.

El pelinegro miro a sus alumnos, todos se miraban impactados por la resiente noticia, nunca espero que les afectara tanto. Solo miro la hoja de salida del chico, al hacerlo recordó lo que había pasado en esa semana. El chico supuestamente estaba recuperándose, eso fue lo que le dijeron a todos, pero la verdad era que el chico se curó esa misma noche, esa noche en donde su madre se quedó con él. Al día siguiente, todos ellos seguían en camilla, y como no podían dejar de dar clases, recurrieron a reemplazos de un día para que les dieran clases a los chicos. Pero recordaba la plática que el rubio tuvo con ellos, con todos los maestros.

El chico no solo pidió muchas disculpas, sino que también les dijo que lo mejor que podía hacer ahora era irse, algo que ellos intentaron detener, no solo como deber de maestro, sino porque lo consideraban algo extremo por un simple error, pero el chico saco a relucir unos buenos puntos para no estar en la academia nunca más. Solo suspiro para mirar a sus alumnos, no era idiota, sabía que algunos de ellos tenían sus teléfonos afuera, enviando un mensaje de seguro al chico, pero no los regañaría, los dejaría hacer eso, porque con eso ellos le demostraban lo más importante que debe haber entre los héroes la unión.

Los chicos pasaron toda la mañana estudiando para los exámenes, la academia decido brindarles dos semanas de estudio intensivo, está era la primera semana en donde solo estudiaban todo lo que habían visto en todo el curso, la semana en que ellos pensaron que el rubio estaba todavía recuperándose. Midoriya esperaba que su maestro no se diera cuenta que estaba usando su teléfono, enviando mensajes a su amigo, esperando que este le respondiera, pero no sucedía. Pero él peliverde no era el único que también lo hacía, Uraraka y las demás también enviaban mensajes a su amigo, pero el resultado era el mismo, nada de nada.

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