Jimin viajaba con el propósito de salir del estrés de la ciudad, mas nunca se imagino que su vida terminaría siendo una locura.
- Mío -gruño aquel extraño y lo acorralo contra el árbol.
- Aléjate, estas demente.
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Adaptacion, creditos...
El ruido fatídico de los autos en la hora de tráfico es una razón más para apresurar el paso, viajare en avión a la primera parada, en el aeropuerto un auto me esperara y por fin habré llegado a Busan; por lo que he escuchado es un pueblo muy tranquilo con habitantes pacíficos, además de que esta cerca del bosque y me gusta estar cerca de la naturaleza, suena un lugar perfecto para mí.
Arrastro la maleta conmigo y doblo en una esquina para ver la entrada a escapatoria de New York, me gusta la ciudad pero llega a ser odiosa, los empleados frustrados, jefes estresados y gente caminando de un lado hacia otro abarrotando las calles son razón de ello.
Al entrar hago todo el papeleo correspondiente y paso por la zona de control; suspiro y me siento a esperar que anuncien mi vuelo, estoy ansioso por saber que aventuras me deparan, si conoceré nuevas amistades o si simplemente me quedare escribiendo como loco.
Los nervios me arropan cuando veo la hora y escucho a una mujer anunciar mi vuelo, sujeto fuerte el boleto, me levanto y camino siguiendo el pasillo. Al llegar frente a la azafata le muestro mi boleto y esta me autoriza el pase con una sonrisa acompañada de "tenga un buen viaje".
Camino siguiendo a las personas delante de mí, miro todo con atención y sin darme cuenta ya me encontraba dentro del avión, mire mi boleto y busque mi asiento, me senté en este y escuche a la azafata dar indicaciones.
Abrocho mi cinturón siguiendo las indicaciones y miro una última vez por la ventanilla. Los aviones no me traen buenos recuerdos, pero es hora de cambiar de página.
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Mis pies tocan tierra firme y respiro profundamente, me encargo de tomar mis pertenencias y salgo del aeropuerto. A lo lejos veo a un un hombre sosteniendo un cartel con mi nombre en el, sujeto con firmeza mi maleta y corro hacia el hombre esperando no asustarlo, o a quienes pasan a mi lado.
— Buenas tardes, soy el joven Park —le sonrío y extiendo mi mano en forma de saludo.
— Un gusto joven Park —estrecha nuestras manos con una sonrisa y abre la puerta del auto atrás de nosotros— mi nombre es Agustín y yo lo llevare hacia su destino.
— Muchas gracias, un gusto, Señor Agustín —subo y este cierra la puerta, mete mi maleta en el maletero y se adentra en el auto para comenzar el camino hacia Busan .
Durante algunos minutos hablo con el hombre y me parece muy agradable, me habla sobre el pueblo y lo magnifico que es vivir ahí, le cuento sobre mis planes de escribir una novela y él me anima diciéndome que tendré demasiado que escribir estando ahí.
Saco mi móvil del bolsillo de mis vaqueros y estamos a escasos minutos de llegar a mi destino, los nervios florecen con el pasar de los segundos y mis ansias también, quiero llegar y salir a explorar, conocer gente nueva y vivir en piel propia lo que es estar en ese lugar. Por todo lo que he leído y me han comentado, parece un paraíso. Sin autos, poca población y una flora y fauna muy especial