Mate Del Alpha - YoonMin

CAPÍTULO 8

||JIMIN||

Han pasado cuatro días, las cosas siguen iguales y sigo encerrado, solo cuando es hora de comida tengo que bajar y comer junto a Yoongi y Hoseok, no hablo mucho porque Yoongi está más odioso de lo normal y se irrita por cualquier cosa, no quiero que me lastime más.

— El señor Min llegará dentro de poco, el Alpha quiere que este listo antes de las 7 —dice una
chica dejando toallas sobre la cama.

— Muchas gracias —le sonrió y está sale.

Tomo las toallas y las llevo al baño, cubro el brazo que está lastimado y con cuidado me desvisto y entro a la ducha.

Lavo bien mi cuerpo y cabello, salgo y enredo una toalla a mi cuerpo.

»¿Qué ropa te pondrás?«

Había olvidado eso, no tengo nada de ropa, toda está en la cabaña.

— Jimin —grita Yoongi.

— Estoy en el baño —digo y abro un poco la puerta— ¿Podrías traerme ropa?

— Tienes que salir por ella —dice y se gira para verme.

— Por favor —digo y rueda los ojos.
— No me hagas sacarte de ahí príncipe sal tu porque yo estoy ocupado —dice y sigue abotonando su camisa.

— Bien —suspiró y salgo— ¿Donde está mi ropa?

— Pedí que la guardaran ahí —dice señalando un gran mueble— ponte un traje.

— Si señor —digo a modo de burla y gruñe.

— No me hagas enfadar JiMin —dice mientras se pone un moño en el cuello de la camisa.

No respondo nada y voy hacia dónde me indicó, abro uno de los cajones y hay lencería, demasiado provocativa para mi gusto.

— ¿Quien compró esto? Porque definitivamente no es mío —digo y veo una sonrisa formarse en sus labios.

— Yo lo hice, ahora vas a tomar eso y vas a vestirte frente a mí —dice y seguro mi cara es un poema ahora mismo.

— Me humillo una vez, no más —digo y se sienta en la cama.

— Te estoy esperando porque pensé que habías comprendido que aquí se hace lo que yo diga.

— Eres un maldito ¿lo sabías? ¿Por que mejor no te la pones tú?

— No me hagas perder tiempo Jimin, a ti no te gustará tener más cicatrices en tu espalda o algo peor —dice y se acomoda el saco.

— Un día me cobraré todo esto —murmuro— ¿Algo más que desee mi señor?

— Si, te pondrás el traje azul para que vayamos a juego —sonríe y evito rodar los ojos.

— No podré cambiarme, solo tengo un brazo en funcionamiento, lo siento —digo y sus ojos
adquieren un brillo.

— Entonces yo lo haré —lame sus labios y está por levantarse cuando lo detengo.

— Lo hago yo —digo rápidamente— puedo hacerlo.

— Te espero —dice sentándose frente a mí.

Tomo la ropa entre mi mano y cierro el cajón; quito la toalla de mi cuerpo y veo sus ojos iluminarse, solo espero que no haga alguna idiotez, tomo los boxers y me los pongo, después me pongo la parte de arriba y veo que se levanta haciéndome retroceder. No quiero ser violado.
Me detiene y me da la vuelta acomodando el cuello de la camisa.