Mate Del Alpha - YoonMin

CAPÍTULO 82 (2)

Escuchen esa hermosa canción mientras leen, le dará otro toque <3♥

||YOONGI||

Todo esto es un jodido dolor de cabeza, es desesperante y a la vez algo relajante. Este lugar es tranquilo, pero no es para mí, mi lugar es al lado de mi doncel y el no poder tenerlo ahora mismo a mi lado me jode demasiado.

Nada sale nunca como lo espero, mi Lobo aúlla de impotencia. Solo quiere salir e ir por el y mis cachorros, lo necesito más que a nada ahora mismo.

Lo escucho llamarme, pero su voz suena solo como un susurro y el viento se lo lleva haciéndome perder la paciencia.

¡BÚSCALO!

Con la bestia que no paraba de rugir y exigir a su compañero, corrí lo más rápido que pude pero no encontré ninguna maldita salida, como siempre.

EL NOS LLAMA, ENCUÉNTRALOS.

Maldita sea, se que el me llama, se que el me necesita al igual que yo a el pero simplemente no puedo salir de aquí.

Al quedarme quieto siento un frío penetrar mis huesos, entre la luz y oscuridad veo las almas de mis antepasados correr por el valle, escapando de las sombras. Antiguos Alphas pasan como rayos a mi lado y todos aúllan a la Luna.

Estoy en el lugar en el que los espíritus llegan a la Diosa Luna y está les permite reencontrarse con sus almas, pasando por su luz y dándoles su descanso eterno.
Pero este lugar no es para mí, mi manada aún me necesita, mi Luna me necesita, mis cachorros me necesitan y mi alma aún no muere por lo cual no puedo pasar a esa Luz, algo me sigue reteniendo aquí.

Una vez más escucho la melodiosa voz que me llama, pero esta vez suena más a una orden que una petición.

Soy un maldito Alpha y no me inclino hacia nadie, pero esa voz y su dueño me ponen de rodillas, haría lo que fuera que el me pidiera, solo ese precioso humano logra que la gran e imponente bestia se doblegue.

Aquella dulce voz solo altera más a la bestia provocando que nuevamente corra sin rumbo alguno tratando de encontrar el lugar de donde proviene la voz de mi amado.

Solo ansía encontrarlo, acorralarlo y amar a ese lindo doncel, el cual lleva a sus cachorros en su vientre.

— Yoongi, si no despiertas antes del nacimiento de tus hijos te juro que estaré molesto contigo el resto de mi vida —escucho nuevamente su voz y quedo embobado, pero al analizar sus palabras me pongo nervioso.

¿Cuánto tiempo llevó así? ¿Y si en unos minutos nacen mis cachorros? ¿Qué haré con Jimin molesto? Ni si quiera mi padre me perdonará que me pierda el nacimiento de mis cachorros, él no estuvo en mi nacimiento y me hizo prometer que yo acompañaría a mi Luna en su parto.

Diosa ayúdame con esto, déjame volver a mi dolcel, déjame volver con mi manada.
¿Es este tú castigo por haber tratado de una forma muy despectiva a mi Luna? ¿Me castigas ahora sin su presencia? Porque si es así, quiero que esto terminé, necesito de ese pequeño humano más de lo que me gustaría admitir.

Veo el valle más tranquilo de lo usual y los sollozos de mi doncel llegan a mis oídos, la impaciencia me invade, debo ayudarlo pero no sé cómo hacerlo.
Escucho sus lamentos y mi estado empeora, el me necesita y yo estoy aquí sentado sin poder hacer algo para tranquilizarlo.

¡AYÚDALO!

El rugir de la bestia hace temblar las pequeñas rocas a su alrededor y sacude con fuerza las hojas de los árboles.

— ¡Yoongi! —escucho el llamado de Jimin y lo veo frente a mí. ¿Cómo es que logre salir?— Por Dios, pensé que nunca despertarías cariño.

— ¿Me recuerdas? —pregunta mi Luna dubitativo y mi primer instinto es abrazarlo, pero el dolor me lo impide.

— Claro que te recuerdo mi Luna, eres lo único que me mantiene con vida —respondo y me abraza cuidadosamente.

— Llamaré a los chicos —exclama con emoción y toca una pequeña campana haciendo que varias personas entren como animales a la habitación.

Luego de que Jin revisará todo y recibiera abrazos, por fin me dejaron a solas con la única persona que quería.

— ¿De qué me he perdido? —pregunto tomando su mano.

— De mucho —ríe.— en tan solo una o dos semanas nacen tus cachorros, has estado demasiado tiempo ausente.

— Lo siento, príncipe —el me mira con una gran sonrisa y se acuesta a mi lado.

— No debí dejarte ir Lobito, me prometiste regresar completo y casi te pierdo —susurra mientras acaricia mi rostro.

— Lo sé, me confié demasiado y fue estúpido —suspiro sintiendo como la yema de sus dedos recorre mis mejillas.— te escuchaba llamarme y me volvía loco al no poder encontrarte.

— Pero ahora te tengo aquí —susurra besando cortamente mis labios. Antes de que logre separarse muerdo su labio inferior para después succionarlo.

Gimiendo, el me tomó por la nuca besándonos con intensidad.
Al separarnos jadeo tanto que miro la preocupación en el rostro de mi doncel.

— Lo siento... —hago una pausa para respirar y el se incorpora.— me tomará tiempo recuperar mi energía y aunque muero por hacerte el amor, ese beso me cansó.

— ¡Hyung! —chilla y lo abrazo.— llevabas semanas en una especie de coma y piensas en eso.

— Por eso mismo, llevo semanas sin tocar tu cuerpo, sin besar tus labios y sin estar contigo —susurro sobre sus labios.

— No me tientes Lobito, que no me importara tu condición —susurra y muerde mi barbilla.

— No me molestaría si lo haces —susurro en respuesta y ríe.

— Por el momento no me importa eso, estoy feliz con que hayas despertado —sonriendo besa mi frente y me abraza.

Momentos como estos son los que valoraré más, estando al lado de la persona que amo, al lado de mi mundo, de mi vida entera.

— Jimin... —acaricio sus brazos y veo como cierra los ojos ante mi tacto.— cariño sé que no...

— No hables más —ordena aferrándose más a mi cuerpo, pero en el momento en que un gemido de dolor escapa de mis labios afloja su agarre.— No sabes cómo... —lo escucho sollozar y de inmediato siento su llanto.— pensé que te había perdido, pensé que habías muerto, que ya no te vería más.

— Tranquilo bebé, no te librarás tan fácil de este Lobo —digo haciéndolo reír.— tú y mis cachorros eran el único motivo que me mantenían vivo, ustedes me necesitan y mi manada también, pero los necesito más a ustedes que a mi manada.

— Te amo Lobito y no sabes cuánto —limpio sus lágrimas y llevo una de mis manos a su vientre sintiendo movimientos.

— ¿Acaso eso fue...

— Si —responde con emoción.— fue una pequeña patada de tus cachorros, te han reconocido.

— ¿Sabes que me haces el hombre más feliz? —pregunto ensanchando la sonrisa en mi rostro.— todo de ti me encanta Park Jimin, eres la persona perfecta para mí y el que hayas tomado la decisión de traer al mundo a nuestros cachorros solo me hace amarte más de lo que ya hago.

— ¿Quieres verme llorar otra vez? —pregunta con la voz entrecortada.

La Diosa me ha dado una nueva oportunidad y no pienso desaprovecharla, desde ahora en adelante mi Luna y mis cachorros van primero que todo, mi familia irá delante de todo.