11/ El teorema del asesino:

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—Fue... —Dijo el oficial — Para que decirte la verdad?

—Por lo menos dame ese placer antes de morir.—Dijo Alex.

—No soy Dios, para cumplir peticiones. —Dijo sacando una inyección de su bolsillo

—Me vas envenenar a caso?

—Tienes dos opciones: Morir o pasar tras las rejas toda tu vida, pero de igual manera abrirías el pico, y eso a nadie le conviene.

—Pero va a matarme, no? A quién podría decirle la verdad?

—Puede ser cierto, y puede de que no.

El oficial se acercó..

*Mientras Stasy*

La camioneta a paso lento avanzaba, Stasy sintió que su corazón latía como un tambor, y empezó a correr, sabía que no era Max. Corrió muy lejos, de la calle, pero mientras más rápido corría ella, más aceleraba su persecusor. Stasy no pudo evitar votar lágrimas de sus ojos, y sentirse tan asustada, tan frágil, y tan culpable por haber estado ese día en esa estación de autobuses.

Stasy vio su salvación, descendió a uno de los subterráneos y vio uno que casi se iba, volteó a ver y vio como dos tipos de bajaban de la camioneta, con rostro descubierto y sin pena, era uno un hombre gordo y con barba de candado, y el otro acompañante se trataba de nada más y nada menos que una mujer rubia.

Stasy subió al subterráneo sin saber dónde haría su parada.

*Mientras Alex *

—Lo siento niño—Dijo El oficial — Que Dios te acompañe.

—No tienes derecho—Dijo Alex dandole una patada en una zona baja, eso provocó que el oficial votará la inyección y Alex pudiera pelear un momento más, mientras pateaba lejos la jeringa, con ese líquido desconocido, pero sabía que mortal.

El forcejeo, y los golpes empezaron, Alex tiraba patadas y puñetazos, el oficial iba directo a los golpes con mucha fuerza, Alex no tenía muchas posibilidades contra el oficial.

*Mientras Stasy*

Vio como las puertas del Subway se cerraban, y dejaban atrás a tus precursores los cuales le infudieron un pánico, terrible.

Stasy, armó rápido las piezas del tablero, dónde estaba Alex? Acaso Damián le había capturado y luego había ordenado a que fueran a por ella? Las posibilidades incrementaban, cada vez más.

Pero sus dudas también, a donde iría para no ser encontrado por esos asesinos despiadados que le perseguían? A donde? Acaso ellos tenían ojos por todas partes, acaso estaba resignada a huir e incluso salir de la ciudad o del país?

Y la idea que más le asustaba, era pensar: Que ella podía ser el siguiente contenido de una caja misteriosa. O algún artículo de bazar en una de esas páginas malditas de la Deep Web. Y no era para menos ese miedo, pues los asesinos, miraban a las personas como mercadería nada más.

*Mientras Alex*

—No te daré gusto! Maldito! —Dijo Alex tomando la jeringa que se había caído y clavandola en uno de los ojos de su agresor.

El oficial gritó y cayó al piso, Alex aprovechó esos escasos segundos para salir corriendo de aquella habitación oscura y profunda, subió a trote los escalones arriba donde pronto estuvo en los cuartos de hospital, con cuidado y prevención, se infiltró a la habitación de Damián.

Pero era por gusto, este estaba dormido profundamente. Así que Alex no dudó ni dos veces en salir pues pronto se daría aviso a la policía y empezarían a buscarlo.

Salió de aquel lugar rápidamente, pero de pronto vio algo que no le gustó en lo absoluto... La misma panel Blanca que le había dado persecución aquella noche que se fue la luz en NewVay.

Alex quedó fijo, y caminó entre la gente de la avenida, hasta que las luces de aquella panel se prendieron, encendió su motor e inició la marcha...

*Stasy*

Se metió dentro del túnel, podía sentir el miedo, Ponte en su lugar, un par de asesinos que no apelan a la piedad ni en lo más mínimo te persiguen, que harías tú?
Stasy armó fácilmente un esquema mental de como huir de allí, la siguiente parada bajaría lo más rápido posible.

Cerró sus ojos y descansó lo que pudo en aquella banca, sentía un agujero en el estomago de los puros nervios.

Miró enfrente de su banca, había una joven, de apariencia muy perturbada, grandes ojeras, labios secos, y su cuerpo temblaba, su piel pálida y amarillenta y viendo a todos lados. Parecía que el destino se burlaba de Stasy y le ponía un espejo en el cuál reflejarse; Pues en un par de meses si la situación seguía así, Stasy se miraría igual que esa chica rubia.

La espina de la curiosidad se le clavó, y no pudo evitarlo, se sentó a la par de ella:

—Estas bien?— Dijo Stasy

—Lo parece? —Dijo la chica temblando.

—No, en realidad no lo parece en lo más mínimo. Pareces asustada...

—Lo estoy, en realidad que lo estoy.

—Cuántos años tienes?

—12

—Porque estas así? Porque tiemblas? Tienes miedo?

—No tengo miedo, el miedo me tiene a mí.

—Que dices? — Dijo Stasy mirando fijamente mientras la otra chica, estaba con la vista fija al ventanal

—Cuando caemos en ese juego, estamos atrapados, no podemos escapar, nos miran donde quiera que vayamos.

Stasy, se tapó la boca, no podía creer los que había escuchado. Soltó lágrimas, mientras la otra chica rubia cruzó la cabeza y dijo:

—Que pasa Stasy? Tienes miedo, o el miedo te tiene a ti? —Dijo la chica.

—Como sabes mi nombre? —Dijo Stasy Llorando

—No tengo el propósito de hacerte daño—Dijo la chica

—Te hice una maldita pregunta! Contesta!

—Tener ojos, y poder ver, a veces sólo es el cansancio del alma. Sólo corre, vete lejos, vete por la avenida 52, allí está tu amigo Alex. Cuando bajes, de este tren debes correr, ellos nos están esperando, a ti y a mí. —Dijo la chica rubia llorando, con esos ojos rojos e hichados que tenía.

—Y que hay de ti?

—No en el decirte a donde voy o yo moriré.

—Como sé que no eres parte de ellos?

—Crees que te ayudaría si fuera así?

—Y como sé que no es una trampa?

—Por el fácil motivo de que soy tu última esperanza, y si bajas de este tren, huye de todas las personas que estén vestidas de color negro, no confíes en ellas...

El Tren hizo su estación, y Stasy vio el pánico ante sus ojos, dos personas vestidas de negro a las puertas del tren:

—Corre...—Susurró la chica rubia.

Red Room (Teoría De conspiración 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora