Capítulo 54: Indiferentes

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Salió de ella, entonces ella le dio la espalda,  apretó sus puños tenía ganas de abrazarla y decirle que lo sentía,  se contuvo y se puso sus boxer y salió de la habitación dejandola sola.

Se levantó y acurruco en la cama mientras lloraba se sentía humillada y usada,  Lloró hasta quedarse dormida.

Había salido temprano a correr quería despejarme, llegue eran las 7 de la mañana no dejaba de pensar en lo que había hecho, había dormido en la Sala antes de salir aún dormia estaba cubierta con las sabanas.

Preparé el desayuno,  decidí ir a la habitación ya se había levantado justo iba saliendo del baño con el cabello mojado su expresión estaba vacía solo cargaba su bata de baño,  ví como se aseguraba que el nudo estuviera bien atado.

Suspiro antes de hablar- El desayuno ya está listo ven a desayunar - dije tratando de sonar tranquilo.

Ella me Miró - No tengo hambre- dijo fríamente- De igual forma ahorita me volveré a bañar para asegurarme de quitarme tanta suciedad de anoche de encima - dijo en tono despectivo Samuel apretó sus puños le dolían como un demonio sus palabras.

Samuel- No me provoques andrea-dijo apretando la mandíbula.

Ella sonrió irónicamente quería provocarlo hacerlo rabiar.

Andrea- Y Que? Ahora que harás me golpearas como un cobarde? -dijo provocandolo esto fue la gota que derramó el vaso,  me acerqué a ella y la pegué contra la pared ella soltó un gritito me Miró desafiante.

Samuel- No vuelvas a decir me escuchaste? -dije cerca de su cuello olía exquisito sentí como temblaba en mis brazos - Vistete porque vas a desayunar lo quieras o no debes alimentarte o no recuerda lo que dijo el doctorcito confianzudo-dijo mirándola fijamente.

Desvíe mi mirada seguía siendo una débil al sentir sus manos sobre mí.  Me hacia poner nerviosa cuando me tocaba tenía que poner una barrera si quería terminar rápido con este infierno.

Tomé el valor suficiente para empujarlo.

Andrea- Imbécil - dije mirándolo de frente el empezó a reír como si no le importará nada.

Samuel- También te amo esposita-dijo y salió dejandome sola.

Estaba desayunando Miguel había pedido nuestro desayuno a la habitación después de haberle dado el desayuno a nuestro hijo.  Mi madre quedó en pasar por él quería llevárselo a dar una vuelta mi hijo iba feliz con su abuela se despidió de nosotros antes de irse.

Por él haría todo por verlo feliz por eso temía a hablar Cecilia Ferrer es peligrosa. Y no se que sea capaz de hacer.

Desayune junto a Miguel no dejaba de abrazarme y darme su apoyo.

Miguel- No sigas triste bonita odio verte así- dijo acariciando mi rostro.

Paula- No lo puedo evitar, me da terror esa mujer y no se que sea capaz si yo llegó a hablar temo por mi bebé-dije derramando unas lágrimas.

Él las limpió- No permitiré que le hagan daño a él bonita lo protegere con mi vida.

Habiamos amanecido de lo más feliz nos estábamos duchando después de haber empezado el día haciendo el amor, mi esposo era único.

Estefanía- Gracias por hacerme tan feliz mi amor- dije enjabonando su cuerpo él me sonrió.

Gabriel- Te doy gracias por devolverme las ganas de amar eres única mi reina- pegó sus labios a los míos sentí sus manos recorrer todo mi cuerpo me hacia estremecer.

Sentí como me alzaba enrosque mis piernas en sus caderas podía sentir nuestra partes rozarse,  gemi Alto al sentir como se deslizaba en mi interior ambos gemimos comenzó a embestirme como solo él lo sabía hacer.

Entre el amor y el OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora