CAPITULO 34

695 38 12
                                    

NARRA ROI
Me desperté y estaba en una celda, encadenado por manos y pies. Tras un rato haciendo todo tipo de esfuerzos para poder escapar, no pude, era inútil. Escuché unos pasos y segundos después tenía delante de mí al hijo de puta que mató a mis padres, sino fuera por las cadenas, ahora mismo estaría matándolo.
- Jefe: Bueno pequeño Roi, espero que ahora estés más calmadito por qué... Ahora es mi turno.
Entonces me pegó un puñetazo mientras me insultaba y así varías veces.
- Jefe: Hijo de puta, me las vas a pagar.
La peor tortura de mi vida,  antes me había tocado mi punto débil y ahora me estaba reventando físicamente, cuando pensaba que me iba a morir llegó un hombre que llamó al animal al que tanto odio había cogido.
- Vigilante: La han encontrado.
- Jefe: Está bien, ya voy.
El tipo vino y me soltó de las cadenas, pero yo estaba tan dolorido que caí al suelo y no me pude ni levantar.
NARRA MIRIAM
Llevaba como dos horas intentando salir de ese sitio y buscando a Iria sin que nadie me viera, pero no encontraba la salida, ahora mismo acababa de entrar en un pasillo pero hubo algo que me hizo parar, era la voz de ese tal jefe a lo lejos en una de las celdas.
- Jefe: Hijo de puta, me las vas a pagar.
Y de pronto se escuchó un golpe y un quejido, y así pasó unas cuantas veces más con muchas más amenazas e insultos, pero no me atreví a pasar por ahí ya que me podría descubrir y eso no era lo que yo quería, así que me fui de ahí y seguí buscando a Iria. Entré por otro pasillo, a una sala que parecía la sala de control donde estaban todas las cámaras así que me acerqué corriendo a ver si veía a Iria pero fue imposible.
- Desconocido: ¡Está ahí! ¡Cogerla!
Entonces dos hombres que parecían orangutanes vinieron hacia mí y me cogieron cada uno de un brazo haciendo que mis pies no tocasen el suelo, de modo que por mucho que pataleara no iba a conseguir nada.
NARRA AITANA
- Amaia: Buah Buah Aitana escóndete que ahí viene gente.
Vimos a dos hombres que tenían sujeta a una chica que no paraba de gritar y patalear... Un momento, ¿esa melena?
- Amaia: ¡Aitana que es Miriam! Quédate aquí escondida, no te muevas y ten cuidado de que no te vea nadie, ya vengo.
Aitana: Amaia, Amaia ¿pero dónde vas? Amai...
No pude seguir porque Amaia salió corriendo detrás de los dos tipos que llevaban a la leona, la verdad es que nunca había visto esta faceta  de Amaia, tan valiente y arriesgada.
Amaia me dijo que no me moviera pero ya llevaba mucho rato ahí y tenía a Roi, Ricky y Luis por ahí perdidos y en peligro, tenía que encontrarlos, de modo que seguí por uno de los pasillos con cuidado de que no me viesen. Llegué a una parte que estaba muy oscura, se escuchaba a alguien llorar así que me acerqué, y al fondo, en una celda húmeda y oscura conseguí distinguir la figura de una persona, una persona que estaba llorando.
- Aitana: ¿Hola?
La figura no se movía, seguía de espaldas a mí y llorando, no podía distinguir bien si era chico o chica por la poca luz que había, pero no parecía ninguno de mis amigos, igualmente me dió mucha pena asi que decidí intentar ayudarle.
- Aitana: ¿Hola? No te asustes, vengo a ayudarte, ¿quién eres? Yo soy Aitana, también me habían encerrado en una de las celdas pero he conseguido una llave maestra y he podido salir. ¿Necesitas ayuda?
- X: ¿Me puedes sacar con esa llave? Entonces la figura se acercó a las rejas y me dí cuenta de que la persona que acababa de hablar entrecortada por los llantos era una niña.
- Aitana: ¡Eres una niña!
- Niña: (Grito) ¡Aitana Ocaña, eres amiga de Miriam verdad! Yo soy Iria, sácame de aquí por favor, vayamos a buscar a Miriam, ella está en peligro.
Entonces no me lo pensé dos veces, abrí la celda y fui a ayudar a Iria a levantarse.
- Aitana: Vamos pequeña, saldremos de aquí sanas y salvas.
- Iria: ¡Ay no me puedo levantar! ¡Mi tobillo, me duele me duele me duele!
Me acerqué a ver su tobillo y estaba muy hinchado, además tenía sangre en la rodilla.
- Aitana: Pero, ¿quién te ha hecho esto?
- Iria: El hombre malo, el jefe...
- Aitana: Bueno tú tranquila, en cuanto salgamos de aquí curaremos tu pierna ¿vale? Venga, ahora arriba.
Cogí a Iria en brazos, no pesaba  mucho pero tendremos que parar alguna que otra vez, ahora, nos pusimos en marcha para salvar a mis amigos.
NARRA AMAIA
Seguí a los dos gigantes esos que llevaban a mi amiga y vi como la tiraban al suelo provocándole un golpe bastante fuerte. Hijos de puta, como le haya pasado algo se enteran.
- Amaia: ¡Eh cabrones! ¡Estoy aquí!
- Vigilantes: ¡La del pedo! ¡A por ella!
Vale, ya he hecho lo que había pensado pero, ¿y ahora? ¡A correr! Corrí como nunca y cuando aún no los tenía muy cerca me metí detrás de un mueble que había por allí y ellos pasaron de largo creyendo  que yo seguía corriendo delante, cuando los perdí de vista salí corriendo para la celda donde estaba Miriam.
- Amaia: ¡Miriam corre levanta! ¡Tenemos que huir!
- Miriam: ¿Amaia? Tengo mareo, me voy a caer... Me duele la cabeza...
- Amaia: Joder tienes un moretón, seguro que es del golpe de antes. Vamos agárrate a mí, yo te ayudo.
Miriam se agarró a mí pero estaba muy mareada por el golpe, así que no nos dió tiempo de salir cuando ya los gorilas esos estaban en la puerta volviendonos a dejar encerradas.

ODIO AMARTE TANTO / MIROIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora