14. Quinn.

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Capítulo editado.


14 | QUINN

—¿Aquí es donde vives ahora? —interroga Liam al bajar del taxi.

No respondo, simplemente tiro de su brazo y entre los dos nos ayudamos a mantenernos de pie.

Encuentro la situación muy irónica y probablemente, si no tuviera Jack Daniels corriendo por mis venas, estaría corriendo lejos de aquí.

El taxi se va lo más rápido que puede, probablemente hemos horrorizado al conductor con nuestras estupideces, y en oraciones arrastradas, nuestra trágica y sin sentido historia de amor. Si es que podemos llamarle amor.

Subimos los escalones del porche, que al igual que el resto de la mansión no es modesto. Liam se tambalea al hacerlo. La puerta está cerrada, es por eso que nunca voy a olvidar que el imbécil de Zack guarda una llave de repuesto en la primera ventana de los costados de la puerta, justo debajo de esta. Mis dedos comienzan a tantear la ventana y encuentro la llave con facilidad.

Puede parecer tonto, esconder la llave de una mansión en un lugar como este pero dado a la gran cantidad de seguridad que hay afuera, no creo que sea un problema realmente.

Una vez que entramos, Liam observa todo con una mirada aburrida en su rostro. Puede comportarse tan... Humano que a veces olvido el hecho de que fue criado en una cuna de oro y nada de esta mansión va a resultarle mínimamente extravagante.

—Quinn, ¿qué demonios estamos haciendo? —Liam de gira cuando hemos llegado al pie de las escaleras.

—Iré a dormir —le digo alzándome de hombros—. ¿Tienes sueño?

Pone una mueca y larga una carcajada. Se ayuda a sostenerse con la balaustrada de la escalera.

—A decir verdad, sí —chasquea su lengua y me extiende una mano. La observo con desconfianza, ¿donde esta el Liam que me odia y afirma que soy su persona menos favorita en el mundo?—. ¿Quieres dormir conmigo, como en los viejos tiempos?

Los viejos tiempos me provocan que la piel se me erice.

Muerdo mi labio y asiento.

Avanzo y tomo su mano, Liam estira una sonrisa maliciosa. Se mueve como si fuera su casa pero realmente no lo es, no sabe a dónde demonios se dirige.

Una vez en el segundo piso, quiero llevarlo a mi habitación pero Liam tira de mi mano.

—¿De quién es esta habitación? Bueno, me importa una mierda —suelta tan rápido que no tengo tiempo de procesarlo. En menos de tres segundos estamos en la habitación de Zack—. Uh, ¿aquí duerme tu ex novio?

—Sí —me río al observar las paredes azul oscuro, el edredón negro de la cama y las persianas bajas.

Liam suelta de mi mano, lo cual se siente un poco desalentador a decir verdad. Se lanza a la cama perfectamente tendida y larga un suspiro.

Me acerco y me acuesto a su lado, con una considerable distancia entre nosotros. Carraspeo.

—Emma no es nada serio —dice de la misma nada. Me descoloca un poco, estamos en el punto en donde la sinceridad corre como agua.

—No te he preguntado, no me importa lo que hagas o seas con ella —a mi boca le cuesta soltar esas palabras, se siente como puro ácido pero son necesarias. Por supuesto que me importa.

—Sí te importa —determina él y voltea su cuerpo para mirarme. Hago lo mismo, encontrando sus ojos—. Me gustaría ser algo con ella, ¿sabes? Sería una relación estable, buena, una relación normal.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora