The Same Heartbreaker (2) ✔️

18. Quinn

→Capítulo editado

18 | QUINN

Reviso por última vez mi examen.

Esperé por una hora y media que las respuestas me cayeran del cielo, que un repentino incendio nos tuviera que evacuar a todos. Esperé hasta que Justin Bieber rompiera la ventana con una piedra y nos diera un concierto a todos.

Nada de eso pasó.

Nunca pasa.

Entrego mi examen de matemáticas luciendo dudosa. Nunca fui un as para los números, ni para la ciencia... Ni nada que incluya ser inteligente académicamente, ahora que viene el caso. ¿Cómo planeo sobrevivir este año?

El profesor alza una ceja cuando dejo las hojas sobre la mesa. A ver, no es como si no hubiese hecho nada. Intenté apañármelas como pude, después de todo es un tema que vi en Everdeen, pero seguro estuve durmiendo porque no lo recuerdo mucho.

Salgo del salón donde la calefacción ya no me acompaña. El cambio de temperatura es muy drástico. Hoy, como los otros 360 días del año en Portland, llueve como si el cielo se fuese a caer. Solo que hace el doble de frío. Es una combinación que solo me pide a gritos quedarme a dormir en casa.

Camino hasta mi casillero sintiéndome derrotada. Qué manera de empezar un martes.

En el lado de adentro de mi taquilla, colgada con una cinta de color rosa, descansa una foto en la cual sonrío junto a Scarlett. Es una selfie que nos sacamos unos cuantos días después de nuestra reconciliación y la colgué ahí a pesar de no ser de esas chicas que tienen sus casilleros con espejos y fotos por doquier, la puse para recordarme que a veces la vida nos podía sonreír de nuevo.

Qué estupidez. La vida puede sonreírte sí, pero nada funciona si golpeo a la vida tan fuerte que se le borra la sonrisa por completo.

No me animo a quitarla, no todavía. Mi cabeza sigue reacia a hacerse la idea de que Scarlett prefiere verme muerta. Saco mi libro de Química, es la asignatura que sigue. Pensar en ello solo me causa escalofríos.

Scarlett puede que me odie y me desee una muerte larga y dolorosa, pero seguimos siendo compañeras de laboratorio. Nuestra profesora odia los cambios de compañeros ya que cree en una relación de estudio progresiva y todo eso.

A medida que camino por los pasillos, me siento sola. Entonces me regaño internamente como de costumbre. Mi cabeza da los mejores sermones. Es la mejor clase de tortura.

Acostarme con Jayden. Dios, Quinn. De todos los chicos en esa fiesta con tan pocas neuronas, taaan fáciles y de buen cuerpo porque juegan al fútbol, ¿elegí al novio de mi mejor amiga?

Lo peor es que apenas recuerdo lo que pasó y eso me hace sentir incómoda. ¿Jayden estaba tan borracho como decía estar? ¿Fue todo completamente consensual? Recuerdo retazos. Algunos besos, sus manos intentando deshacer a toda costa mis pantalones, las mías desesperadas por tenerlo más cerca, solo para sentir algo. Para sentir que alguien me desea.

Cierro mis ojos con fuerzas avergonzada.

¿Por qué tomo decisiones tan estúpidas? No solo arruiné una relación, pero también arruiné mi relación con mi mejor amiga, le rompí el corazón e hice que la escuela entera me odiara por "zorra". Era obvio que las noticias iban a viajar rápido y todo el mundo iba a odiarme. Siempre voy por el paquete completo.

Las miradas me pesan toneladas en la espalda. Me incomodan, intensifican mi ya enorme sentimiento de culpa y me ponen nerviosa. Por primera vez en un largo tiempo, agacho la cabeza y fijo mi mirada en el suelo al caminar.