48. Quinn

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QUINN

—¿Quieres desayunar? —me pregunta Liam mientras sus brazos se aferran a mi cintura por detrás. Su respiración me causa cosquilleos en el hombro. Cierro mis ojos para disfrutar la sensación mejor—. Tenía planeado despertarme antes que tú y prepararte algo pero estoy sufriendo demasiado el cambio de horario.

—Prefiero desayunar aquí —murmuro volteando para mirarlo esperando a que capte la indirecta. Lo hará, es Liam.

—¿En qué monstruo te convertí? —inquiere con las cejas alzadas—. Déjame decirle a Aggie que tendremos que cancelar el desayuno.

—¿Qué? —espeto de repente con mis ojos abiertos—. ¿Aggie está en Miami?

—Sí. Vino conmigo, le dije que le vendría bien para despejar su cabeza. No tienes una idea de todo lo que está pasando allí. Me dijo que podríamos desayunar los tres juntos, pero olvídalo. Tú eres mi plato completo y pienso aprovechar cada centímetro de tu cuerpo.

—Acabas de matar la calentura, Hamilton —respondo. Ahora solo puedo pensar en Aggie y en que quiero verla.

Liam no sabe como tomar un "no" como respuesta. Me hace girar bajo su cuerpo y comienza a llenar mi pecho de besos. Cierro los ojos y echo mi cabeza hacia atrás, ¿cómo podría Liam matar la calentura?

—Será rápido, luego vamos a desayunar —murmura cuando siento algo duro contra mi piel. Suelto un gemido y asiento, no es una mala manera de empezar el día.

***


Yo: ¿cómo está Fury?

Zack: Bien

Yo: tomó las pastillas de ayer????????????

Zack: Sí, interrumpiste mi ligue de la noche. Vas a pagarme por esto.

Mejor que haya interrumpido su ligue a interrumpir el  mio.

—Lista de temas que no tienes que tocar con Aggie —Liam aclara su garganta a mi lado y subo la vista para prestarle atención—. Tyler, Nick, sociología, gimnasio, embarazos y amor. Sobre todo los dos primeros.

—Está bien, podemos hablar del clima.

—Te lo advierto, Gatita. Aggie está... mal.

—¿Qué tan mal? ¿Se ha cortado el cabello?

—Sí.

Uh, está mal.

Las puertas del elevador se abren luego del tintineo y Aggie sale por ella. Me doy tiempo para observarla de arriba a abajo intentando disimular mi interés lo mayor posible, pero la realidad es que me tiene muy curiosa el porque de su silencio espectral en sus redes sociales. Lo primero que noto es lo que me dijo Liam, su cabello ahora está a la altura de sus hombros pero sigue luciendo como una estrella de cine. Me sorprende que use jeans y una sudadera de Cambridge color bordo. Este no es siquiera un atuendo para estar en su casa, mucho menos para salir a la calle.

Quizás sea mi mente haciéndome trucos o mi obsesión  por la imagen física pero noto a sus piernas más rellenas.

—Pero si es Quinn Meyer en vivo y directo —alardea ella con una sonrisa forzada. Su acento de Florida sigue estando, no como Liam, quién cada vez se está contagiando más de ese derrite-bragas acento inglés. No se lo digo, porque sé cuanto le molesta que lo haga por más que le diga que me pone mucho.

Le sonrío y nos damos un abrazo. Se siente un poco extraño, como abrazar a un amigo de la infancia o alguien a quién perdiste con el tiempo.

—¿Cómo has dormido? —le pregunta Liam.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora