Esa mañana, la recuerdo como si fuese ayer. Esa fatídica mañana en la que se empezó a arruinar mi vida, y en la que los demás me la arruinan. Eran las 06:58 h. y me levanté a ducharme y arreglarme, tras una media hora, bajé y ahí estaba mi madre preparándome un chocolate y unas tostadas. Casi llegando la hora de salir de casa mi madre me dijo:
-¿Y tu hermano?
-No se, creo que aun no se había levantado.
-Avísalo rápido por favor, que llegareis tarde y todo.
No puedo creerlo, aun debo levantarlo yo aun siendo yo la pequeña, increible este chaval. Entre a su cuarto y me dije:
No, necesita un remojon antes.
Fui corriendo al baño y coji el vaso de los dientes, un aguita fresquita por la mañana va de puta madre ¿no? Voy corriendo y se lo echo encima
-Aaaaaaah –se despierta gritando-
-Ups, ¿te he despertado? –dije irónicamente-
Yo tenia 16 y el 17 y medio, vamos, que me podía hacer de todo pero luego su castigo será mantenerme.
-Niña gilipollas, pero ¿Qué coño haces?
-Mamá me ha dicho que te despierte, despierto estas ¿o no?
Oía como corría mamá por las escaleras y cuando sube…