UNILATERAL (Min Yoon Gi)

28

—y Yang?– cuestionó Hobi al mirar a Nam entrar al departamento solo.

—yo... No, yo, digo, no sé, tal vez el comentario de Yoongi la hizo sentir mal y por eso se fue– contestó ruborizándose.

—qué comentario? – protesto inmediatamente —y por qué te pones nervioso?–

—Dejame en paz! Sólo se fue y ya –

Su comportamiento era extraño, pero no le di mucha importancia. En fin, acordé con los chicos responder a sus llamadas, mensajes, etcétera y estar en contacto con mis padres. Ellos estuvieron de acuerdo y se marcharon satisfechos después de explicar que la recepcionista del edificio fue quien les avisó de mi llegada. Que informativa.

Después de ordenar todo, me metí a la regadera y tomé un prolongado baño.

Sentir el agua caliente caer sobre mi piel, en un lugar amplio y limpio, definitivamente me hizo extrañar mi antigua vida; cuando no era más que un patán poco amigable, era tan apático y soberbio que me cuesta trabajo justificar que un simple amorío me hizo romper con mis estereotipos, me hizo pensar con raciocinio y abandonar mis prejuicios. Ahora sí que me siento incapaz de hacer burla hacia cualquier tipo de relaciones amorosas.

Siempre me pareció ridículo de las novelas, que el hombre exitoso terminara colado por una mugrienta mujer, y el caprichoso destino se encargó de cerrar mi boca.

—ya se va? Tan corta será su estadía aquí, Señor Min?– indagó uno de los porteros.

—creí que les había quedado claro que no deben de meterse en mis asuntos, pero sí, tengo que irme, gracias por preocuparse– agradecí palmeando su hombro en un gesto de sarcasmo.

—será esto posible? – interrumpió el guardia de seguridad —acaso el joven Min está dando las gracias? La última vez que me preocupé por él, sólo gané que mostrara su dedo medio–

Solté una carcajada admitiendo que tenía razón, aquel día que subí al ascensor estaba tan nervioso y asustado que el hecho de que éste individuo fuera tan entrometido me irritó enseguida y le mostré el dedo medio.

—usted miró lo asustado que estaba mi amigo y no disimuló ni un poco su curiosa mirada, eso me irritó, por eso lo hice, una disculpa –

—su amigo? Qué amigo? El que insiste tanto en inventar? Joven Min, usted subió solo al ascensor ese día, y era usted quien estaba asustado, yo sólo me preocupé –

Qué? Solo? No, no estaba entendiendo nada, de qué carajo está hablando éste inútil? Por qué la gente quiere hacerme creer lo contrario de los hechos?

—qué mierda estás diciendo?–

—joven Min, yo sólo digo lo que miré, y creo que usted necesita visitar un doctor –

Algo se removió dentro de mí, sentí como mi corazón se agitaba y una necesidad tormentosas de volver el estómago me invadió; una vez más alguien negaba haber visto a Taehyung con migo. Qué era esto, una mala broma? Acaso todos aquí eran estúpidos o ciegos?

Dejé caer la maleta de mano que sostenía y volví al ascensor, esto no podía ser más que una jodida broma; nadie recuerda a Taehyung el día de la fiesta, las cámaras no gravaron ni una milésima de su ser el día del asalto, y ahora éste individuo viene a decirme que Tae no subió con migo al ascensor aquel maldito día después de cometer el homicidio? Cómo podría engañarme con eso si recuerdo cada segundo de esa tarde como si hubiera sido ayer.

Apenas si llegué a mi departamento nuevamente, corrí hasta el guarda ropa de mi habitación, recuerdo perfectamente que luego de traer a Tae con migo aquella tarde, lo primero que hice fue guardar el arma que usó, para no tener evidencias.

Retiré de aquél rincón un montón de cajas y ropa, y ahí estaba, la caja que guardaba aquél metal que utilizó mi amigo para cometer tal delito. El sólo hecho de recordar hizo que por un momento perdiera el equilibrio, mi cuerpo se tambaleó de un lado a otro hasta que tomé entre mis manos la caja de zapatos, la abrí nervioso, pero dentro de ella sólo estaban mis Dr Martens. Los saqué y sacudí en un intento de encontrar el arma blanca, pero en el interior no había nada más que un par de zapatos.