Manos a la boca

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Estoy encaminando a Jirou a un problema que tenía con un profesor, al parecer no le revisó un trabajo del cual ella le puso mucho empeño. Se enfadó por la falta de interés de parte del profe.

Ya es hora de salir pero e decidido acompañarla para que no se fuera sola a los dormitorios.
Aunque no creo que sea buena idea estar tanto tiempo a solas a su lado.

¿Porqué? Lo contare.

¿Alguna vez han tenido un secreto que no quieren mantener oculto? Simplemente quieren gritarlo y liberar todo ese peso.

¿Alguna vez han tenido un miedo interminable de las consecuencias que ocasionaría ese secreto al querer dejarlo libre? Ese miedo que nos tapa la boca y no lo hace imposible decirlo.
Ese miedo de todas las posibilidades malas que llegarían al contarlo; De decepcionar, de entristecer, de corromper... De no corresponder.

Una pelea interminable entre la razón y el corazón. Dos mentes con ideas totalmente diferentes. Uno te dice las probabilidades de por qué no debes hacerlo. Y el otro te grita lo que se debe seguir porque lo deseas.

A mi me a pasado. Es un caso que tengo todos los días cada vez que abro los ojos en las mañanas. Ese miedo a que Jirou kyoka no sea capas de amarme como yo la amo. Que no corresponda a este amor, miedo de perderla. No quiero perderla, es por eso que no le confieso nada, no le digo lo que siento.
Cuando estoy con ella sólo callo mi corazón lo más que puedo, trato de actuar tan normal como sea posible para que no sospeche nada, que no sospeche que estoy loco por ella y que trato de actuar como cuando la veía como una amiga y tan solo eso.

Llego a tal grado de que debo llevar mis manos a la boca para que no se me salgan las palabras. Cada vez que lo hago creo que toda esa preocupación a acabado, pero regresa casi al instante, cada vez que la veo nuevamente. Regresan esos sentimientos al pensar en ella; su cabello moviéndose al caminar, su mirada que son ventanas a su alma, sus labios cada vez que me habla, su sonrisa cada vez que la hago reír... Cada vez es más imposible controlarme.

Es lo que me ocurre en este mimo momento.

—Todo está bien –me susurro a mí mismo casi diciendo nada. tengo mi boca tapada por mis manos ¡sabía que acompañarla era mala idea!

Detengo mi caminar para concentrarme mejor y calmarme más rápido.

—¿Te encuentras bien, kaminari? –me pregunta Jirou deteniendo su andar. ¡Rayos! Era unos de esos momentos que debo callarme o me arrepentiré después.

—¿Qué? -pregunto a jirou.  —¿De qué hablas? –trato de hablar sin  retirar mis manos.

—Del porqué te detuviste y tapas tu boca ¿qué te pasa? –parece confundida, obvio, si alguien hiciera eso frente mío también me preguntaría lo mismo. Se está acercando ¡no, no, no! Lo último que necesito es tenerla cerca mío.

—N-no pasó nada, tranquila. S-solo sigue caminando, yo te alcanzo al rato.

—¿Qué ocurrió? –por favor no sigas de insistente. —¡Ya sé! Te mordiste la lengua, Tarado. Siempre e dicho que eres un lengua larga, ja ja. -oh, su hermosa sonrisa me hace descontrolarme.

—Si... —susurro. Pero kyoka no deja de acercarse a mí, al parecer de verdad quiere saber lo que me ocurre ¡Kyoka, aléjate por favor! Lo único que puedo hacer es retroceder en pasos minúsculos.

—Anda kaminari. Deja ayudarte.

—¿En qué me ayudaras si me he mordido la lengua? No tiene lógica ¿qué harás? ¿Vendarmela? –se acerca más a mí cara.

—Sólo déjame revisar que no te hayas hecho mucho daño –sujeta mis muñecas para alejarlas de mi rostro. –No seas orgulloso y coopera.

Quita a la fuerza mis manos y sujeta mi rostro. Rayos, aquí viene. Vomito verbal.

Sentimientos Ocultos *{kamijirou}* EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora