Debo Gritarlo

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El otoño a llegado, y con el a llegado una lluvia fuerte y duradera. Cae la lluvia fuertemente. Nueves grises tapan todo el cielo sin dejar ver nada, tan sólo unos relámpagos que viajan de aquí para allá, alumbrando todo alrededor por unos segundos.

Observo el paisaje desde la ventana de la sala de los dormitorios. Recargo mi frente en el frío vidrio con las manos en las bolsas de mi chamarra tratando de calentarlas. Hace frío, un frío que sólo se puede notar si estás a 30 centímetros de la ventana, como lo estoy ahora.

Las gotas caen y caen sucesivamente. Un fresco entra desde la ventana, pero no me quito por razón que desconozco. No se porque estoy aquí, parado, congelando mis manos, frente, labios y orejas, cuando puedo estar sentado en el sillón de la sala frente al televisor con los chicos, disfrutando una taza de chocolate caliente. Supongo que me gusta castigarme un poco aveces.

En estas temporadas me suelo poner muy feliz.
Me considero una persona que se identifica con los días soleados y prados verdes, decorados de un cielo azul despejado. Aunque de igual manera, también me siento feliz con climas de tormenta, truenos, rayos, relámpagos, césped bañado de rocío, etc... Pero esta vez es diferente.

No estoy contento con este clima. No me recuerda nada feliz como solía hacerlo, al contrario, me da melancolía y tristeza.

Tal vez no sepa la razón por la que sigo aquí parado en peligro de darme hipotermia. Pero si se la razón por la que todo es diferente, los días no son diferentes... Yo sí lo soy.
Desde el momento que vi a Jirou con diferentes ojos fue el mismo día que vi todo de otro modo; los días cálidos, los días infernales de fríos, las personas, el mundo.

Suelto un largo suspiro dejando salir un vaho que recorre toda la ventana. Levanto mi frente, saco mi mano derecha del bolsillo para tocar el vidrio y dibujar mi huella dactilar en el. Observo fijamente la ventana tratando de ver el reflejo de todo a lo que yo le daba la espalda; observó a los chicos en el sillón, felices.

Mina está encima de Kirishima tratando de quitarle una galleta de las manos. Mientras tanto, Bokugo está sentado con las manos en las bolsas del pantalón con una gran chamarra (odia el frío). Y Sero está sentado en el piso con una taza de café viendo la televisión. Escucho las risas de Mina y Sero. Escucho los gruñidos de Bokugo a los movimientos que hace Kirishima tratando de que Mina no le arrebate su galleta.

Se divierten todos, todos menos yo. Todo por culpa de que no puedo sacar de mi cabeza a Jirou, todo porque no puedo declararme a ella, todo porque mantengo mi boca cerrada ¡todo por culpa mía!

Se ve un gran estruendo en el cielo, algo que me hace volver de nuevo en sí. La incesante lluvia que duró 2 hora al fin para. Pequeñas gotas siguen cayendo pero son prácticamente nada a lo que ocurría hace poco. Aunque la lluvia a parado, sigue nublado, no hay mucho rastro del sol, apenas se puede apreciar una luz casi extinta.

—Por fin acabó la lluvia –escucho detrás de mí la voz de Mina. Giro la cabeza y la veo a mi costado. Lleva a su boca una galleta, que si bien recuerdo era de Kirishima.

—Veo que has logrado la victoria –le doy una sonrisa casi tornándose en una mueca.

—Sip ¿quieres una? Sero las compró –me ofrece con una gran sonrisa contagiosa, pero desgraciadamente ni siquiera la actitud de Mina me puede quitar este malestar.

—No gracias, Mina. No tengo ganas de galletas -dije en un tono algo triste y vacio.

—También tenemos chocolate caliente y café.

—No. Paso por esta ocasión –no tengo mucha hambre. Últimamente he perdido el apetito y también el buen humor.

—¿Porqué? Has estado viendo la ventana por más de una hora, casi todo lo que duró la tormenta ¿todo bien?

Sentimientos Ocultos *{kamijirou}* EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora