Sentimientos Ocultos *{kamijirou}* EDITANDO

Prólogo

No existe una persona más idiota que yo. Soy un chico estúpido, inepto y cobarde.
Mi valor me abandonó, desapareció con intenciones de no volver nunca...

Desde ese día.

Flash-back

Estábamos toda la clase A en la estancia de los dormitorios, incluyendo a kyoka. Sólo podía verla a lo lejos, de lo contrario se enteraría de que no podía despegar la mirada de ella. Sólo la observaba disimuladamente para que nadie lo notara.

Pero en ese tiempo la cobardía a un no la conocía.

Me levanté del sillón, caminé en donde ella estaba parada, hablando con las chicas. Estaba decidido de lo que haría. No había vuelta atrás.

-Jirou ¿puedo hablar contigo un momento? -Le dije ocultando mis nervios. Ella parecía de buen humor, por lo que pensé que era un punto a mi favor.

-Por supuesto ¿qué ocurre? -sin moverse de su lugar me dirigió la palabra.

—Me refiero en privado -moví mi mano a la nuca en señal de incomodidad. Esperaba que no fuera a mal entender mi propuesta. — Afuera si se puede, por favor. -me di la vuelta y me dirigí al elevador para ir al exterior.

No sabía si ella iba a decidir ignorar mi propuesta, pero de una cosa estaba seguro, y era de declarar mis sentimientos en ese mismo momento.

—Ya estoy aquí.

Apareció de repente. Traía una chamarra la cual no podía distinguir el color por la falta de luz, después de todo era de noche.

—¿Qué me tenías que decir?

Me dio una cálida sonrisa, lo que causo un sonrojo involuntario, tenía suerte de que fuera de noche.. Me perdí en la sonrisa que me había regalado, lo que ocasione un silencio incomodo.

—¿Y bien?  

Volví en sí. Pude notar que tenía un poco de prisa en regresar al edificio. Estaba frío y ella detesta el frío.

—Kyoka... Tengo algo que decirte. - dije nervioso casi tartamudeando. -Me había dicho no decírtelo... Pero no se me hizo justo ocultarlo... Y algo dentro de mí me obliga a hacerlo. -dirigí mi mano al pecho apretando mi camiseta por causa de mis nervios.

—Y ¿de qué se trata? -Me pregunto curiosa y podría decir ansiosa.

Ansias son las que tenía por decirle la verdad de una vez.

Trague saliva para luego hablar.

—Tú me... -dije las primeras palabras, que para mí era todo un discurso. "Lo voy a lograr, al fin le diré": fueron mis pensamientos en ese momento. Pero como era de esperarse de una persona como yo. ¡Soy un idiota! —Tú me gustabas -hice lo último que quería, retractarme. No se suponía que acabaría así. Soy la persona más idiota e ingenua del mundo ¡¿cómo pude confiar en mí?! Era obvio que no lo lograría. No se porque me sorprendo.  —Tú me gustabas kyoka -tan sólo me miró sorprendida.  —No quería decirte porque temía de nuestra amistad. La hemos mejorado demasiado desde el primer día que nos conocimos... Tenía miedo que después de decirlo no nos volviéramos a hablar -simple excusa que me salvó de la verdad que no podía salir.  —Lamento no haberlo dicho antes... Tenía de miedo -agache la cabeza esperando la respuesta de jirou.

—¿Te gustaba?

Preguntó confundida. Se muy bien a lo que se refería. Ella quería saber si esos sentimientos desaparecieron. ¿Porqué no pude haberle dicho la verdad y no fuera "me gustabas" si no un "me gustas"

—S-si... Pasó hace un buen tiempo... Como hace un mes o más. Todo sentimiento relacionado se fue... Lo juro -sentí  una puñalada en mi estomago por jurar en vano.

—... Está bien, kaminari

Su voz fue tan tranquila y relajada, que me dejó en claro que no estaba enojada ni incomoda como pensé que terminaría.

—Eres muy valiente -dijo.

—¿Enserio... Lo dices de verdad?

—Si. De echo... Me halaga pensar que yo te gustaba, no lo sabes pero a nadie le había atraído antes.

—No se porque, si eres una gran amiga. De seguro alguién le interesaste pero no te lo dijo -estaba tratando de dar un tema de conversación para ignorar lo que había pasado, y al parecer lo había logrado.

—No, estoy segura de eso. Ni en la secundaria le interese a nadie... Y eso que todos eran unos pubertos, volados y provocativos.

Dijo aguantando la risa, al parecer se le hacía muy gracioso recordar sus momentos de la secundaria... O el simple hecho de que yo le recordaba a esos "calenturientos". Al igual que ella no aguante la risa y sólo soltamos carcajadas al aire.

La miraba reír, su hermosa sonrisa que me hace suspirar. Era como si le hubiera confesado mi amor y ella me había correspondido... Pero la verdad era que le dije que sólo la veía como una amiga... Y ella me me miraba de la  misma forma.

Con el tiempo sólo me dí cuenta de que ese amor no se desvanecía... Sólo aumentaba a un tamaño alarmante.