•Cuatro•

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La única parte divertida de todo este asunto de los zombies, era cuando habían persecuciones intensas. Una vez más, Hoshi se había encargado de atraer a unos cuantos mientras hacían una parada en una tienda de conveniencia. Jihoon estaba tranquilamente revisando uno de los estantes tratando de encontrar algún producto que no estuviera caducado, o que el empaque no estuviera roto o abierto. Estaba agachado en cuclillas, tratando de alcanzar uno de los productos que estaban pegados hasta el fondo del penúltimo estante, cuando oyó un escándalo en la parte posterior de la tienda.

—¡WOOZI! ¡AYUDA!— gritó Hoshi desde la bodega de la tienda.

Jihoon suspiró pesadamente, logró alcanzar el producto del fondo, dándose cuenta de que no era lo que él quería. En lugar de que fuese una lata de queso derretido en spray, había conseguido agarrar una lata de insecticida, el color era parecido, y teniendo en cuenta de que no había la suficiente luz en el lugar, fue fácil confundirse. Gruñó por no haber conseguido el queso que quería. Dio vuelta sobre sus talones, dándose cuenta de que un zombie iba corriendo a gran velocidad hacia su dirección. Tomó el arma entre sus manos, apuntó directo a la cabeza y jaló del gatillo, haciendo que su frente fuera perforada por aquella bala, pringando sangre por todo su alrededor, llegando a pringar parte de la ropa de Jihoon. Nuevamente gruñó, no era un buen día para el bajito.

Lentamente caminó hacia donde gritaba Hoshi, abrió la puerta de la bodega y pudo ver al fondo a Hoshi parado sobre varias cajas de cartón y algunas de madera, le disparaba a los zombies que trataban de subir al lugar, pero cuando se ponía nervioso, no daba tiros certeros, por lo que sólo perforaba parte del cuerpo de los zombies, pero no los mataba como debía. Jihoon se escondió detrás de algunas cajas, los zombies no habían notado aún su presencia. Se asomó por una de las esquinas, apuntando como un francotirador, disparó y ¡bam! directo en la cabeza de uno de los zombies.

Eran al menos siete los que estaban cerca de Hoshi, bueno, seis sin contar el que acaba de matar Jihoon. Dos de los zombies restantes, dieron la vuelta para ir tras Jihoon. Recargó su arma y con dos disparos en la frente se deshizo de uno, realizó la misma acción para el otro que cada vez se encontraba más cerca de él.

Hoshi disparó nuevamente, por fin le daba a uno en la cabeza, había estado tan cerca el arma de la cabeza del zombie, que cuando Hoshi jaló del gatillo y salió disparada la bala, le voló la cabeza al zombie en varios pedazos, asqueando un poco al mayor. Se quejaba de lo repulsivo que era el olor y de estar manchado de sangre en descomposición de aquellos seres que alguna vez fueron humanos. Ahora solo quedaban tres zombies, dos de ellos seguían aún detrás de Hoshi y el tercero había ido por Jihoon.

Jihoon se ocultó detrás de otras cajas, antes de que llegara el zombie y pudiera ver donde se había metido. Fue entonces que el zombie apareció por el pasillo donde se ocultaba Jihoon y sin que éste se diera cuenta de la presencia de Jihoon, terminó muriendo por un balazo que le atravesó la cabeza por sus orejas. Jihoon puso una cara de desagrado, sin embargo, se sintió bien haber hecho eso.

Para cuando Hoshi había matado a su segundo zombie, el último que quedaba en pie, había sido atravesado por un gran cuchillo que Jihoon encontró en su camino, haciendo que el zombie cayera sobre sus rodillas y luego cayendo hacia un costado.

— ¿Cuándo vas aprender a ser más cuidadoso?— habló Jihoon mientras limpiaba algunas gotas de sangre de sus brazos y rostro.

— ¡Fui cuidadoso! S-sólo que no me di cuenta del zombie hasta que casi me muerde.

Jihoon rodó los ojos —eso no es ser cuidadoso— hubo una pausa —¿no te hicieron nada?— miraba con interés el cuerpo de Hoshi, tratando de ver que no tuviera alguna herida o alguna mordedura.

|•Zombies: Una pesadilla•| [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora