•Cinco•

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La noche transcurrió tranquila después del rescate de la chica, no hubieron más incidentes y tanto la chica, como los otros tres chicos durmieron plácidamente hasta el amanecer. Durante el desayuno, Jihoon estaba harto de todas aquellas personas, ninguna dejaba de hablar, cuando uno se callaba enseguida intervenía otro arruinando el hermoso silencio que Jihoon tanto apreciaba.

Él no había mencionado palabra alguna, y en cuanto su plato estuvo vacío, se levantó de la mesa sin decir nada y caminó directo hacia las escaleras, lo único que quería en ese momento era silencio, y poder descansar después de una larga noche. Entró a la primera habitación, sin importarle de quién había sido, o qué es lo que había en ella. Fue cuestión de pocos minutos para que su tranquilidad se viera interrumpida, al menos fue la persona indicada la que entró a la habitación.

Jihoon ya se encontraba acostado en la cama, con un brazo sobre su rostro, cubriendo sus ojos de la luz que penetraba por la cortina. La puerta sonó y sin que Jihoon dijera algo, aquella persona entró.

—¿Estás bien?— preguntó SeungCheol después de cerrar la puerta detrás suyo.

—Mhum— contestó Jihoon moviendo ligeramente la cabeza en afirmación.

—Anoche lucías algo enfadado después de que llegó SangMin, ¿ocurrió algo?

—No, es sólo aborrezco a los zombies— en parte era cierto, pero no iba admitir que estaba celoso por cómo la chica se había aferrado a SeungCheol y él simplemente no le dio importancia.

—¿Te ponen de mal humor?— se sentó en la orilla de la cama.

—Algo así— se encogió de hombros. Pasaron algunos segundos en silencio antes de sentir que SeungCheol tocaba su brazo y luego lo bajaba, dejándolo sobre la cama, Jihoon abrió lentamente los ojos, notando la cercanía que había entre ellos dos. Su corazón comenzó a acelerarse y esperaba que SeungCheol no escuchara sus pulsos acelerados.

—¿SeungCheol-oppa? ¿Estás aquí?— dijo SangMin entrado a la habitación, interrumpiéndolos. SeungCheol se levantó de la cama como un resorte, antes de que la joven pudiera ver lo que estaban haciendo, o lo que iban hacer.

Jihoon refunfuñó levantándose de la cama para salir de ésta e ir a la siguiente. Era la segunda vez que algo importante pasaba entre él y SeungCheol y esa mocosa los interrumpía.

—¿Qué le pasa a Woozi-oppa?

SeungCheol se encogió de hombros sin saber qué responder.

Eran pasadas las cinco de la tarde cuando Jihoon abrió los ojos luego de su larga siesta reparadora. Bajó las escaleras escuchando un precioso sonido: nada. Era extraño, tomando en cuenta que había comenzado a vivir con la gente más ruidosa que pudiese existir en el planeta, y con eso de que estaba quedándose vacío, seguramente si eran los más ruidosos. Cauteloso llegó hasta el primer piso, donde estaba todo desierto, ¿y sí la mocosa había hecho una conspiración en contra suya para que lo abandonaran en esa casa? Por un lado le gustaría que así sucedieran las cosas, viviría solo con su paz como lo hacía después de la muerte de WonWoo, pero por el otro lado, estaría llevándose a su sexy chico y eso no lo permitiría, él lo vio primero, tiene más derechos sobre ella.

Llegó a la cocina y abrió lentamente la puerta de ésta, encontrando a Hoshi de pie viendo por la ventana —¡hey Hoshi! ¿Qué su...?— Antes de que pudiera terminar la oración, Hoshi se abalanzó sobre de él, ambos cayeron al suelo y le tapó la boca.

—Shhh... Hay unos zombies por allá, Jun y SeungCheol le está enseñando a SangMin a protegerse.

Jihoon rodó los ojos —no era necesario que brincaras sobre mi, por un segundo pensé que te habías vuelto un zombie y que ibas a comerme— dijo en susurro apartando la mano de Hoshi.

|•Zombies: Una pesadilla•| [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora