Fue un abrazo reconfortante e infinito. El tiempo pareció detenerse. No estaba seguro si era yo el que confortaba al niño o él a mí.
Estaba consciente de que tenía que guiarlo a su cuerpo, pero no sabía si iba a ser capaz de dejarlo ir. Me sentía como en el primer día de clases, solo que yo no era el alumno, sino el padre aprehensivo y preocupado.
Unos satíricos aplausos, pusieron en evidencia que no nos encontrábamos solos.
—Pero que espectáculo más dulce. ¿No lo crees así, Dulcinea? —Dijo una voz de tono burlesco.
Era un tipo de tez oscura, un frondoso afro y ropa holgada con un estilo muy estancado. A su lado, una mujer de un vestido largo (como sacado de un cuento de hadas o el renacimiento) me observaba.
—Un verdadero éxtasis —respondió.
Antes que pudiera continuar diciendo algo, un tipo a su derecha de aspecto mantecoso y mal educado profirió:
—Sí, sí. Muy lindo, como sea, ¿podrían decirme a cuál de estas delicadas almas pertenece este hermoso jardín?
—Oh, por supuesto que al niño —irrumpió la dama del vestido—. Una visión tan ingenuamente perfecta de un jardín no puede sino ser la obra de un niño.
—Eso lo decide todo entonces —dijo una voz a sus espaldas, era una mujer de rasgos orientales que recién terminaba de escalar.
Sacudiéndose el polvo del chalequillo de su formal traje gris plomizo, continuó:
—Me encantaría decirte que no te haremos nada y que solo buscamos al niño, pero un alma es tan buena como cualquier otra, por lo que nos quedaremos con tu Noùm también.
—Espera un momento. Mira su rostro, está haciendo cosas raras. Su pelo, míralo, estaba casi blanco y ahora se oscurece —dijo entre divertido y curioso el hombre del afro.
—Tienes toooooda la razón —convino el hombre robusto, quien dio dos pasos al frente y se me quedó viendo de forma inquisitiva, luego se volvió a su compañero—: Te apuesto tu parte del Noùm del potenciado a que ese es un romanza.
—Jo, Jo, Jo, que apuesta más obvia, Gael —rió Dulcinea, la del vestido—. Yo les apuesto a los dos que esa prenda, ese abrigo, no es original a su Noùm, es una perla de Esmeralda.
—¡Hey!, Lupe —gritó la mujer del traje, ignorándolos y dirigiéndose a alguien ausente, y que al parecer aún seguía escalando la meseta—. Ve a decirles a Leslie y al anciano que encontramos al potenciado, que tenían razón... —Hizo una pausa, pensativa—. Mejor aún, no le digas al anciano. Que se quede peleando con el de la armadura. Ya sé que Leslie tiene motivos personales para tenerlo de rival, pero dile que traiga su trasero acá, que de lo contrario, no le dejaremos nada. De todas formas ya será medianoche, dile que deje de perder el tiempo con el chico medieval.
Se escuchó el sonido de fricción de una cuerda y un golpe sordo que, intuyo, se debió a su aterrizaje.
Los cuatro dirigieron su vista al edificio.
La meseta —que seguía ascendiendo lenta, pero uniformemente— ya casi alcanzaba el porte del inmueble; y pude ver a lo lejos en la azotea, la silueta inconfundible de Zam y sus escudos como alas en su espalda, peleando contra otras dos sombras.
Yo, que sin darme cuenta me había interpuesto entre el grupo acechante y el niño, me voltee rápidamente, hinqué la rodilla para estar a su altura y le insté:
—Huye.
—¿Papi?
—Hijo... —respondí sin pensarlo—.Ve al árbol y escóndete en su interior, ya te seguiré yo. —Comprendí que lo estaba asustando, intenté calmarme y agregué—: Tengo que buscar a la ranita y despedir a estas personas antes de que te pueda acompañar.
ESTÁS LEYENDO
Noùm'Vará: El Alma Portadora de Universos.
ParanormalSin memoria, sin identidad y sin cuerpo. El mundo de las almas es un lugar desconocido y peligroso. Acompaña a esta alma vagabunda a dar sus primeros pasos en este insólito lugar. Mientras descubre las nuevas reglas del universo a su alrededor y, pr...