Hinata intenta sobrellevar sus veinte años como una mujer normal. Hasta que por caprichos del juguetón destino, su diario vivir da un vuelco cuando descubre que está embarazada de quien se suponía era 'su mejor amigo'. Dejando atrás su vida en Tokio...
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Recostado sobre las suaves sábanas de su cama, junto a Shion quien también guardaba silencio, estaba Naruto aún pensativo por el mensaje de Hinata.
Acababa de tener el típico 'sexo de reconciliación' con su novia, pero todo a base de mentiras para hacer que ella se sienta segura, porque a pesar de todo, era consciente de que no estaba siendo sincero ni consigo mismo. Y ahora se encontraba en una difícil lucha acerca de lo que tenía y quería hacer.
—Estarás harto de escucharme preguntar lo mismo, pero depende mucho de ti ¿Qué sucede? — Cuestionaba Shion sentándose para poder mirar a los ojos de Naruto.
—No lo sé, he estado pensando en tantas cosas... en nosotros también, en la boda que está por venir, en la nueva casa y todo lo que conlleva.
—¿Sí? Es algo normal.
Era normal, demasiado. Pero el único problema es que eso no lo lograban hacer feliz. Pasaba los días sintiendo el mismo vacío de siempre que nadie más podía llenar. Seguía haciendo todo lo que los demás esperaban de él, logrando así que a pesar de parecer tenerlo todo, ser el típico tipo triste, aburrido e insatisfecho.
—Me parece que es buena idea el regreses a vivir a tu casa hasta el día de la boda. — Respondió.
—¡No! ¿Por qué? — Se puso de pie molesta y buscando sus ropas. —¿Es por el recuerdo de esa mujer? Esto ya es el colmo Naruto.
—Me gustaría estar solo y quisiera que respetes eso. No tiene que ver por nadie más.
Shion intentó calmarse, era más que claro para ella que el insistir y hacer rabietas no solucionarían nada a su favor. Naruto se veía firme en lo que decía, y ya habían descuido bastante la noche anterior. Así que quizás darle espacio si era una buena idea para el bien de ambos.
— De acuerdo, pero seguimos estando juntos ¿Vale?
—No he dicho que algo de eso vaya a cambiar. — Respondió Naruto.
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Para los siguientes dos días Shion ya había vuelto a casa con todas sus cosas. Así que por fin Naruto tendría el espacio a solas que añoraba. Fue al trabajo como todos los días, intentando poner fin al recuerdo quien fue alguna vez Hinata Hyuga en su vida. Supuso que entre más empeño ponía en olvidarla, ella más se colaba en sus entrañas aferrándose de sobre manera.
Por fin salía de su oficina, y mientas caminaba al estacionamiento por su auto, el móvil suena con la llamada de Sasuke.
—Qué grata sorpresa. — Dijo Naruto.
—Supe que vives solo nuevamente. —Respondió Sasuke. — Pensé en que podíamos ir por unas cervezas al club
La intensión de Sasuke no era otra que pasar el tiempo con su viejo camarada, hace meses que dejaron de verse seguido, y por todo lo que había pasado, sabía que Naruto más que nunca necesitaba un amigo.
