YoonGi caminaba de regreso a su casa, había tenido una linda cita con Jin, con su Jin, sin que nadie más les interumpiera. Sólo ellos. Y aunque se escuchaba egoísta, amaba tener a Jin sólo para el.
Iba pasando frente a su casa cuando de la nada su vecino se paró frente a el.
—YoonGi —lo llamaron. El chico no tenía mucho que se mudo a la casa de frente con su familia y eran buenas personas, aunque YoonGi no los conociera del todo bien, el chico no era mayor que el y aún era más alto que el, mucho más alto que el.
—Chanyeol —respondió su llamado y se giro para velo mejor. Recordó cuando el hermano de Chanyeol se burlaba de este porque decía que parecía un poste andante.
—Disculpa que no te haya dado esto antes, pero al parecer tu estabas pasando por algo raro. A veces llegabas feliz a tu casa y otras veces venías enojado y con cara de matar a medio mundo —Chanyeol sonrió— Así que ahora que te veo un poco mejor te dare esto —el chico extendió una caja que al parecer contenía algo importante.
—Lo siento, Chanyeol, pero tengo novio —el nombrado rodó los ojos y luego rió ante lo que YoonGi pensaba, y que claramente estaba equivocado.
—No... —rió— No es lo que piensas, yo tengo novio y lo amo. Y claro que se que tienes novio, los he visto, además esta muy guapo. Felicidades —le giño un ojo— Esta caja tiene las cartas que te han estado llegando desde hace dos o tres meses... o más, no lo se, al parecer el cartero se equivocó y dejó en mi casa su correspondencia.
—¿Por que no nos diste esto antes? —YoonGi tomó la caja entre sus manos y abrió la tapa, habían muchas cartas, todas con un sobre rosa.
—Mi mamá le dio su correspondencia a tu mamá desde hace tiempo, pero yo guarde estas cartas porque eran diferentes, a veces llegaban constantes, a veces no y otras llegaban dos juntas. Se me hicieron curiosas pero mejor las guarde todas y mejor te las iba a dar. Hace unos dias dejaron de llegar y creo que ya no lo harán. Sólo quería darte eso. Hasta luego —el chico se despidió y entró de nueva forma a su casa.
A YoonGi no le dio tiempo ni de agradecer. Vio al chico salir de su visión y mejor se fue a su casa.
¿Cartas rosas? Que raro.
Saludo a su madre y después subió a su cuarto para poder ver las cartas.
No tenían nada por fuera, bueno las primeras dos, de ahí en fuera tenían escrito Ángel en una muy linda caligrafía.
Abrió la primera carta y la leyó, después la segunda y así fue abriendo cada carta hasta que terminó de leer todas.
Una sonrisa adorno su rostro.
SeokJin era una persona que al parecer siempre lo iba a sorprender.
El no sabía cómo se sentia, su ahora novio, no sabía que pasaba por su mente y ahora sabía un poco mas.
Tal vez si le hubieran llegado estas cartas antes el hubiera evitado en su SeokJin tanto sufrimiento y también hubiera evitado sufrimiento en el y en NamJoon.
—Hay mi pequeño Jin. Eres una persona hermosa, no solo por fuera. No te preocupes, me encargaré de ser esa persona que te cuide mucho y nunca mas te hare llorar.