Día 2: Cuando se percataron de lo que sentían por el otro

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Finlandia seguía a Suecia con mucha atención. No quería perderlo de vista. Se preguntaba, mientras que caminaban por aquellos parajes, en qué momento se había vuelto tan dependiente de él. Cuando era pequeño, había sido sumamente independiente pero ahora... Ahora no se imaginaba la vida sin él.

Decidieron acampar, tras una larga caminata a través de aquel bosque espeso. Suecia abandonó sus armas a un costado y se puso a trabajar en la tienda, en donde ambos dormirían. Tiempo atrás, había descubierto que era mucho mejor dormir con Finlandia a su lado. A pesar de que conocía a Noruega y a Dinamarca, nunca se había sentido tan cerca a alguien como lo hacía con el finés.

De vez en cuando, observaba a Finlandia, quien preparaba la fogata. Se percató de que su compañero de aventuras le tenía hechizado por completo. Siempre le escogía para que viajara a su lado, cuando le tocaba realizar expediciones. Finlandia poseía algo que los otros dos carecían por completo. Es más, aun cuando el silencio se adueñaba de ambos, no era incómodo.

—¿Qué ocurre? —Finlandia le preguntó a Suecia, cuando sus ojos se encontraron. Aquella mirada ya no le intimidaba. Al contrario, de algún modo, se sentía como la persona más importante del mundo. Tal vez solamente estaba viendo lo que deseaba en su interior, pero Suecia siempre le observaba con cierta devoción.

Suecia desvió la mirada.

—Nada, no es nada —Éste contestó antes de sacar la carpa de su bolso.

Finlandia rió por lo bajo. Había algo adorable en Suecia. Tal vez otros no estuvieran de acuerdo e inclusive le podrían tratar de loco. Sin embargo, era un hombre dulce, a su manera, siempre tan preocupado por él. Para ser sincero, disfrutaba cada vez más de estar a solas con él.

De repente una idea esporádica le vino a la cabeza. Quizás podrían tener su propia casa algún día. Sabía que era absurdo, que Dinamarca jamás permitiría que se independizaran. No obstante, era una esperanza a la que valía la pena mantener. Era más que consciente de las disputas que existían entre Suecia y Dinamarca, aquella situación no habría de durar por mucho tiempo más.

Negó con la cabeza, tal vez solamente era el cansancio. Al fin y al cabo, Suecia era su mejor amigo y nada más. Nada más.

La noche llegó y ambas naciones ingresaron a la carpa. Finlandia se acomodó en un costado y luego lo hizo Suecia. Éste rodeó al primero con sus brazos, casi como costumbre, ya que para combatir el frío, no había nada como el calor corporal. O al menos, ésa era su excusa.

Suecia dejó escapar un largo suspiro. No quería dejarlo escapar de su abrazo. SÍ, aquello había dejado de ser una simple amistad para él. Finlandia era algo más que eso, aunque estaba consciente de que quizás nunca tendría una oportunidad con él.

—Buenas noches, Sve —Finlandia murmuró antes de bostezar. Aquellos brazos le proporcionaban una seguridad que nunca antes había conocido. ¿Estaba mal no querer apartarse de él?

—Buenas noches, Fin —respondió éste. Tal vez con el alba, una oportunidad se le presentaría. 

¡Gracias por leer!

Only you (SuFin)Where stories live. Discover now