Only you (SuFin)

Día 6: Familia (Universo Alterno)

Berwald observó con atención a Tino. Lucía preocupado. Honestamente no lo entendía. Su pareja era mucho más sociable que él y ciertamente, su hermano mayor tenía una personalidad muy parecida a la de él. Excepto que Magnus, en ocasiones, podía ser bastante pesado con sus bromas.

—Les vas a agradar —Berwald le prometió a su pareja, antes de besarle en los labios.

—¿Y si no lo hago? —Los ojos de Tino examinaron a Berwald. Para él era fácil de decir.

Berwald rodó los ojos y luego abrazó a Tino con cariño.

—Te puedo asegurar de que lo harás —Berwald agradecía no estar en la posición de Tino. Si hubiera estado en su lugar, tal vez hasta hubiera cancelado la cita. Sin embargo, pese a sus nervios, Tino estaba allí:—Magnus es bastante divertido —añadió.

Tino sacudió la cabeza y sonrió de forma nerviosa. Sus manos temblaban ligeramente sobre el pecho del sueco. Tal vez estaba ahogándose en un vaso de agua.

—Entonces... —Tino tragó saliva:—Entonces andando —dijo antes de salir de la casa de Berwald.

Berwald no podía creer su suerte. Era la primera vez que tenía una relación así de seria. No le preocupaba en lo absoluto lo que pensara Magnus. Solamente esperaba que se comportara y no le avergonzara en frente de Tino, aunque no tenía muchas esperanzas sobre ello.

Se subieron al vehículo de Berwald y se encaminaron al apartamento de Magnus, quien convivía allí con su pareja. Tino respiró profundamente y durante todo el viaje, estuvo callado, lo cual era bastante inusual. Sostenía la botella de vino con firmeza, mientras que se imaginaba todas las maneras posibles en que podría arruinar aquella velada.

De repente, Tino sintió que una mano tocaba su hombro.

—Vamos, nos están esperando —Berwald le anunció. Se preguntaba si no se había apresurado con aquel encuentro.

—Ah, lo siento —Tino se bajó de inmediato del vehículo. Había estado tan sumido en sus pensamientos que no se había dado cuenta ni siquiera del momento en que se habían detenido.

Magnus y Sigurd estaban aguardando frente al edificio. El primero dio un par de pasos hacia delante y se dirigió de inmediato a Tino.

—¡Pensé que eras una figura mitológica! ¡O una almohada! —Magnus bromeó antes de pasarle la mano a Tino:—Me alegra saber que eres real.

Tanto Berwald como Sigurd rodaron sus ojos en aquel momento. De hecho, el primero estuvo a punto de estrangular a su hermano mayor. Sin embargo, se limitó a suspirar.

—Mucho gusto —Tino se echó a reír. Era increíble lo distinto que ambos hermanos eran. No obstante, en aquel momento, se relajó. Aquellos ojos azules que le contemplaban en ese momento eran cordiales. Tal vez se había preocupado demasiado.

—Lo siento por eso —Sigurd se disculpó en nombre de Magnus:—Soy Sigurd.

Tino asintió y luego miró a su pareja de reojo. A pesar de que no estaba seguro de lo que podría suceder durante la cena, quizás sería una velada encantadora.