Tino escuchó los truenos caer. Sus ojos estaban a medio abrir. Se dio la vuelta en la cama y se percató de que Berwald no estaba en su lugar. Desde que habían salido de la casa de Dinamarca, se había hecho una costumbre prácticamente el dormir juntos. Aquellas primeras noches habían sido bastante incómodas, pero había aprendido a apreciarlas.
Después de todo, no había otro sitio más seguro que estar entre los brazos del sueco. Sonrió, aún podía recordar aquella noche con detalle. Se había puesto tan nervioso que había empezado a decir lo primero que se le venía a la cabeza. Nunca se le ocurrió que Berwald le envolvería en un abrazo, para poder soportar el frío.
Suspiró y se puso de pie. No tenía que pensar demasiado, sabía en donde iba a encontrar a Berwald. La verdad es que en los últimos tiempos, aquella guerra contra Dinamarca y Noruega ocupaba la mayoría de sus pensamientos. Tino estaba preocupado por aquella obsesión. Estaba seguro de que, en cualquier momento, el cansancio le ganaría en el peor momento.
Él estaba determinado a velar por el bienestar de Berwald. Aunque, por otro lado, lo estaba haciendo por razones egoístas. Quería que su compañero se acostara a su lado. No estaba pidiendo demasiado, ¿cierto?
Entró al estudio de Berwald. Éste estaba estudiando un mapa. Sin embargo, comenzaba a cabecear. Tino movió la vela que se hallaba cerca de la punta de la mesa, para evitar que pudiera ocurrir cualquier accidente.
—Tienes que venir a la cama conmigo, Berwald —Tino le pidió antes de tomarle de la mano.
Berwald sacudió la cabeza y luego miró a Tino, como si fuera la primera vez que lo hiciera.
—Andando —Tino no iba a aceptar ninguna respuesta negativa a su petición.
—Pero Dinamarca... —Sin embargo, al ver el cejo fruncido de su pareja, decidió no decir nada más al respecto.
—Aquello puede esperar —Tino le dijo mientras que le jalaba hacia la habitación que compartían. Era un modesto dormitorio, pero lo habían construido con el sudor de sus frentes y eso bastaba.
Tras ayudarle a desvestirle, Tino se sentó en la cama. Sonrió. Aunque estaban a oscuras, le bastaba con saber que su pareja estaba allí para ser feliz.
—Ber, me haces falta, ¿lo sabes? —Tino le interrogó.
—Lo siento —Berwald se disculpó antes de recostarse sobre la cama.
Tino gateó hasta recostarse sobre el pecho de su pareja. Le dio un par de besos en los labios, antes de acomodarse totalmente.
—Mañana será otro día, ya buscaremos una solución —Tino le prometió al otro.
Sin embargo, al cabo de unos minutos, el muchacho se percató del silencio del otro. Levantó la mirada y se percató de que Berwald estaba profundamente dormido.
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Only you (SuFin)
FanficOTP. CHALLENGE. 30 drabbles distintos que serán subidos día a día.