14. Misma sonrisa, diferente significado.

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Max no logró evitar que sus recuerdos le devolvieran una y otra vez a los sucesos de aquella tarde. Como un disco rayado que se repite una y otra vez en su mente. Ni siquiera se atreve a mirar a Rose, que camina frente a él para entrar al laboratorio de química. Por más que la ama no puede mirarla, no esta vez, esta vez que su hermana menor le había besado. Se sentía tan extraño, como si él tuviese la culpa de todo aquello.

El beso, aún lo recuerda. Y no puede evitar sentirse algo raro e incómodo. Como si hubiese hecho algo que estaba mal.

Se siente triste, como si las cosas estuviesen cambiando de un día para otro.

Betty, el beso, Betty, el beso, Rose.

—Oye, Max, ¿Me ayudas con este problema? —le preguntó una de sus compañeras, la rubia, la de nuevo ingreso, la que se acaba de mudar junto a los Robinson y que se ha adaptado muy bien al nuevo cole, podría decirse que tiene más amigos que él, bueno, siquiera ella tiene amigos. La rubia le mira con esos ojos verdes brillantes y Max solo asiente con la cabeza a pesar de no haber entendido nada de lo que decía.

La chica le mira y le muestra el libro que tiene en la mano y él solo frunce el ceño, sin entender.

—¿Disculpa, qué? —preguntó al fin y la chica ríe.

—Hoy estás más distraído que de costumbre, ¿Te sientes bien? —se sienta junto a él aún con el libro en la mano y esa mirada brillante, como si tramara algo, Max le recordó a Betty.

—También me di cuenta de eso —interrumpe Will que había visto la escena desde muy cerca y se acercó hasta ellos—. ¿Algo que quieras contar, Max? No sé, a lo mejor, ¿Una cita fallida?

Max negó con la cabeza, algo intranquilo.

—Nada de eso —dijo, forzando una sonrisa, "todo está bien", se decía, "es solo Betty, me pregunto si ella estará bien" —. Estoy bien, en serio... ¡Oye, Rose! —la llama, al fin saca la valentía de mirarle, de llamarla, pero... ¿por qué ahora? —, ¿Cómo está Betty?

"¿Cómo está Betty? ¿Ella estará bien?"

Rose, que pasa justo a su lado se vuelve para mirarle luego frunce el ceño. Como si la pregunta fuese algo tonta.

—Ella está bien —responde sin problemas y él solo asiente con la cabeza ante la mirada de Will y la chica rubia de ojos verdes que dejaron de brillar.

Todavía se siente valiente, y sabe que es solo por Betty. Ella le hace sentir así.

El timbre suena y casi todos se han ido para cuando Rose se acerca a él, con ese cabello oscuro, que lo deja petrificado en su lugar. Era la mujer más hermosa que él había visto, y se da cuenta de que todavía sigue sintiendo algo por ella.

Max está seguro de que sigue amándola.

—Hoy iremos a comer con una tía y pasaré por Betty a la escuela, no hace falta que vengas—le sonríe, como si ella lo hubiese liberado de una carga, le sonríe, esperando a que él también lo haga.

—Me gustaría acompañarte —dice Max pero Rose niega con la cabeza.

—Solo es hoy, aún seguirá de pie la cita —lo dijo con tanta calma, como si pudiese leer la preocupación de Max, como si ella pudiera saber lo que él necesitaba, aunque estuviera completamente equivocada.

Max finge otra sonrisa y la ve salir, casi como si flotara, se revuelve el cabello y se lleva las manos a la cara.

Aún preocupado, siente como si todo hubiese cambiado.

***
"Betty se siente mal, me quedaré en casa con ella, no hace falta que vengas".

"Hoy iremos a cenar con unos primos y Betty debe medirse un vestido, no hace falta que vengas".

"Betty se quedará en casa de una amiga después de la escuela, no hace falta que vengas".

"Hoy se quedará practicando para su recital y no debe distraerse, no hace falta que vengas".

"Mis papás volverán esta tarde, no hace falta que vengas".

Max se gira en la cama, y mira su móvil, hace una semana estaba tan feliz de tener el número de Rose, ahora solo recibía mensajes para decirle que no lo necesitaba como niñero. Sus padres habían regresado, y él se sentía tan extraño. Como si Betty quisiera alejarse de él. Se sentía rechazado, como si todo fuese su culpa.

Betty, el beso, Betty, el beso, el beso y otra vez Betty.

Recuerda el beso pero Max no siente nada, no hay deseos enfermizos en su mente, Max la quiere de una manera tan pura, la quiere tanto que quiere alejarse de ella, de esa niña de once años. También quiere alejarse de Rose. Pero la quiere, la quiere tanto, y a Betty, la quiere como si fuese su hermana que nunca tuvo, como si fuese su obligación protegerla.

No puede, no puede alejarse.

"Betty, me haces sentir extraño. Te quiero, de verdad te quiero".

Sabe que ella dejará de amarlo y él solo se aferra a eso, a que ocurra, pero una parte de él desea con todas sus fuerzas que Betty no deje de amarlo.

"Estás mal, en qué piensas", se dice, "Está mal, solo déjala ir, todo estará bien, solo es por un momento, se pasará tan rápido que no te darás cuenta de cuándo ocurrió, se pasará tan rápido que tú también lo olvidarás".

"Olvidarás que Betty una vez te quiso".

Max sabe que Betty dejará de amarlo pero tiene miedo de que eso ocurra. No sabe explicar por qué.

—Max, no te duermas tan tarde, tu padre y yo regresaremos mañana a medio día, pon seguro a la puerta y no dejes las ventanas abiertas. Mildred vendrá a las 10 a planchar la ropa así que quiero que te quedes en casa, calienta la comida que quedó en la olla y por favor, por favor, pórtate bien.

"Pórtate bien", se le hacía tan raro escuchar eso. Era la primera vez que su madre añadía la palabra pórtate bien.

Max rueda en la cama una vez que su madre se ha ido, se lleva las manos a la cara.

"Quiero ver a Betty, necesito saber que ella está bien".

Max da otra vuelta en la cama y se levanta de un salto, se siente mareado, se siente tan extraño.

Coge la bicicleta y pedalea con tanta fuerza, como si su vida dependiera de ello. Desea ver a Betty, necesita saber que ella está bien. Que ella puede vivir sin él, aunque él no sepa vivir sin ella.

Se detuvo una casa antes, ve al padre de Rose apagando el auto y la madre de ellas coge unas bolsas de la cajuela, la bella Rose la imita y Betty  también está ahí. Sus ojitos no brillan.

Y luego ella también se fija en él.

"Betty, aquí estoy", quiere decirle.

"Te he llamado y has venido", quiere decir ella.

Max le sonríe, por fin lo hace, y Betty le devuelve la sonrisa pero sus ojitos no brillan.

Todo ha cambiado.

Te presento a Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora