De una adolescente torpe, dos hermanastros de bellas sonrisas, una amiga fiel, una Fresita y 1Fan enamorado.
|SINOPSIS en el interior|
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Esta historia fue hecha con la ayuda de los lectores por medio de votaciones para la trama y continuación. La...
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He descubierto algo el día de ayer sobre Samantha y es que nadie sabe qué onda con ella. Le pregunté a Ashley, a Brad, incluso a Ethan por medio de mensajes anoche y al parecer todos saben quién es, qué hace pero eso es todo. Aparentemente desde que recuerdan todos, indiferente del tiempo que llevan estudiando juntos, Samantha ha estado en cada evento escolar, en las clases, en el bus, en las actividades extracurriculares... Samantha es alguien fácil de recordar porque su actitud y aspecto son de los que impactan y dejan huella y sin embargo, eso es todo.
No saben cuándo cumple años, cuántos años tiene, nadie ha visto a sus padres, dicen que sus notas las recoge ella misma con una nota de ellos diciendo que no pueden asistir. Sé que tiene un hermano porque eso me dijo el primer día que me habló pero nadie sabe quién es, si es mayor o menor, si estudia o no... ella es un misterio que nadie quiere o puede descifrar.
Todas esas dudas me surgieron ayer cuando en la cafetería ella se ubicó en toda la mitad y con solo levantar su mano puliendo una sonrisa, todos guardaron silencio para prestarle atención de buen agrado.
—¡Hola, chicos! —inició, con su chillona y estridente voz, algunos asintieron, otros solo le sonrieron—. Como saben, nuestro primer baile se acerca y es para celebrar el amor...
La manera coqueta y tierna que usó, despertó las risas amables de varios y los cuchicheos de algunas al enterarse del futuro evento.
—Chicos, supongo que ya tienen en mente a quién van a invitar a este amoroso evento.
Involuntariamente y aprovechando que la atención de todos estaba en ella, giré a mirar a la mesa del otro extremo donde Ethan estaba con varios compañeros —no los del equipo de fútbol o las porristas o su hermano— y lo pillé mirándome también. Me guiñó un ojo y desvió la mirada a Samantha de nuevo. Reteniendo la sonrisa, hice lo mismo.
—Pues lo lamento, pero no podrán invitar a nadie —agregó Samantha. El suspenso que le puso a su afirmación fue guindado con una sonrisa traviesa y la expresión de confusión del público—. Los bailes escolares en años pasados han dejado a varias personas sin acompañante, por lo tanto no asisten. Pueden ser chicos o chicas, pero siempre hay quienes se rezagan, sea porque no fueron invitados o porque no tuvieron el valor de invitar. Estamos en una época en que deberíamos abogar todos por una inclusión total pensando en los demás, especialmente a los que siempre olvidamos y no solo en nosotros mismos; debemos ver más allá de la superficie de las personas, nunca se sabe si tu alma gemela o el amor de tu vida viene en un empaque diferente al que tú esperabas. Debemos darnos la oportunidad de conocer a la gente que se sale de lo que buscamos, solo así podremos ser una sociedad más amorosa.
El silencio total de los estudiantes, al parecer escépticos al plan de Samantha, a cambio de bajarle su entusiasmo, la hizo sonreír más ampliamente.
—San Valentín es una tradición dedicada al amor romántico, pero este año hemos decidido hacerlo dirigido a todo tipo de amor, los amigos se aman, los hermanos se aman, las parejas se aman, e incluso los enemigos aman odiarse, así que teniendo ya el permiso de los directores, este baile funcionará así: