Ha pasado una semana desde la primera vez que quedé con Diana. Ahora mi vestidor está lleno, con ropa que he ido adquiriendo durante los 7 días que he salido de compras.
Para celebrar que mi habitación está terminada del todo, Diana se quedará hoy a dormir y he decidido no esconderlo más.
Mi padre se va a Madrid tres días a zanjar unos asuntos de la vieja casa, así que estaremos solas. Voy a preparar cena vegana y un maratón de Harry Potter, que nos encanta.
Hemos quedado a las ocho, y ya son las seis así que voy a darme una ducha. No sé si arreglarme o ponerme directamente el pijama. Opto por lo primero.
Un top negro y unos pantalones negros ajustados. Chaquetita roja y tacones rojos. Perfecta.
Me siento en mi cama y me pongo a pensar en lo que voy a hacer.
No vale echarse atrás. Diana es mi mejor amiga y esto no va a acabar con nuestra amistad. Aunque la respuesta sea que no, encontrarenos la manera de restarle importancia al asunto. Sí. Lo voy a hacer
Me pongo los pendientes de plumas y me maquillo. Pelo suelto, por la cintura. Colonia de vainilla. Bien.
Suena el timbre. Es ella.
Aviso al conserje por el interfono para que la envíe por el ascensor directo a mi salón. Me repaso los labios. La espero.
Se abre la puerta y ahí está ella, con su sonrisa deslumbrante y su pelo rojo. Los ojos negros que hacen que me pierda en cualquier lugar. Me abraza y me dice lo guapa que estoy. Sonrío.
Ya hemos cenado y estamos viendo la segunda película de Harry Potter, es el momento. Cojo aire y...
-Diana -digo temblando
-Me encanta esta parte -es cuando Harry empieza a hablar con el diario-
-Ya, a mí también
-¿Qué querías?
-Mmm... -vacilo- nada, ¿te apetecen palomitas?
Ya vamos por la cuarta película, mi favorita, y decido que es hora de soltarlo.
-Di
-¿Qué?
-Yo... bueno...
-¿Y el mando? Paramos la peli y hablamos que se me cansan los ojos de mirar la pantalla
-Vale
Paramos la peli
-Bueno, sigue Jú
-Diana yo pues cuando te vi esque
Y me derrumbo. Y me pongo a llorar. Me siento una gilipollas y lo único que quiero es encerrarme en el baño. Me levanto y veo la cara de preocupación que tiene Diana.
-Que te quiero, joder. No como una amiga quiere a su mejor amiga. Estoy enamorada de tí. Soy lesbiana.
Y dicho esto, dejo a Diana sentada en el colchón del suelo, que me mira estupefacta cómo salgo corriendo en busca de intimidad.