Dolencia.

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Tengo una dolencia que me aqueja, el pequeño virus entró en mi cuerpo y fue creciendo como un tumor, adormeciendo mi cuerpo, controlando mi ser.
Epidemia en mi alma
¿Que tan grave es? No lo podría decir, pero días como hoy los síntomas me dominan.
Altas fiebres de libertad, provocando contracciones en mis piernas que no puedo parar,
Y camino, corro.
Camino sin destino aparente, la infección solo ocupada en alejarse de todo aquello que amenaza con retenerla.
Sufro ocasionales trastornos en mis sentidos: mis ojos se inundan de cielo, de luz, de colores y se abren asombrados por la belleza de lo ordinario; mis oídos convierten cada sonido en melodía y mi voz se escapa de mi garganta entonando en medio de las multitudes.
Los músculos de mi cara se atrofian en una sonrisa y el resto de mi cuerpo pierde su tensión natural, quitándome las fuerzas, arrebatándome el peso y quedo tan ligera que comienzo flotar.
Padezco reflejos involuntarios que me provocan girar, repetidas piruetas con los brazos abiertos, siento la brisa jugar con mis brazos, hacerlos subir y bajar con la misma facilidad con que levanta las hojas a mi alrededor.
Arritmia grita el mundo, cada vez que mi corazón se acelera y late con fuerza, abandonando el ritmo monótono que me mantiene con vida y experimenta otra cadencia, acompasándose con la música que escucho y saltándose latidos al azar.
Disnea susurran intrigados, cuando mis pulmones se descomponen, se abren cual flores y se ahogan de excéntricos olores, inspiran con fuerza, mas ocupados en absorber los objetos que el oxigeno que requieren para funcionar.
Me diagnostican demencia al ver los flujos de adrenalina que se cuelan por mis venas, me miran desconcertados mientras me llevo al limite, me arriesgo e intentó solo por verme fallar, "¡Corran por los calmantes!"
Finalmente mi cerebro falla, me muestra infinitas posibilidades, mundos imaginarios, extravagantes ideas, sueño despierta.
Psicosis, aseguran mientras me observan con miedo y recelo.
Todos temen, la muchedumbre se aleja despavorida, asustada de que mi condición sea contagiosa. Por qué estoy enferma, no les queda duda, estoy enferma.
Ignoro si será grave, tengo el presentimiento de que es terminal.
Nada se realmente de mi estado, salvo tal vez una cosa: es en los azarosos momentos en que el desorden se presenta cuando más abrazo la vida y las únicas veces que siento que la vida  me estrecha de vuelta.

Nada se realmente de mi estado, salvo tal vez una cosa: es en los azarosos momentos en que el desorden se presenta cuando más abrazo la vida y las únicas veces que siento que la vida  me estrecha de vuelta

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Días de Lluvia [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora