Mientras espero.

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¡Feliz navidad! Un poco de contexto sobre esta nueva composición. En mi última aventura con mi mejor amiga conocí a un chico muy interesante y divertido que me gustó bastante, sentí que conectamos bien (tal vez demasiado bien jaja) y me pidió mi número, así que ahora estoy esperando que me llame, me escriba, me mande señales de humo, lo que sea. Tal vez no ha pasado demasiado tiempo, pero la paciencia es una virtud que Aslan no me dio, así que estoy desesperada lo que le sigue.
Y directo de mis divagaciones emocionales extraje estas letras, espero que les guste. - Jo Waters.

Siguiendo las instrucciones de una famosa historia deje de confiar en el amor, me refugié en una montaña suficientemente alta que me permitiera ver con condescendencia a los incautos que seguían buscando.
El cinismo me pinto de verde, me convertí en la grinch del romance.
Me exasperan los actos melodramáticos o el romanticismo exagerado.
No soporto ver los arrumacos o muestras de cariño de otros, me incomoda a tal punto que me he bajado del transporte público para evitarlo.
Mi experiencia y los relatos me han hecho desconfiada, sé que la fidelidad esta en peligro de extinción.
No creo que el amor dure para siempre y me aterra la frase "hasta que la muerte los separe."

Pero... y es un gran pero...
Creo que debajo de las seis capas de pavimento que he echado a mi alrededor aún espero el gran amor.
Quiero vivir las típicas experiencias en pareja, las confidencias y el lenguaje secreto que solo el tiempo consigue.
Fantaseo con la simplicidad de una relación estable, sentarme en sus piernas, tomar su mano por la calle, encendernos en el sillón.
Espero al compañero de viaje, de caminatas improvisadas, la pareja de baile imperfecta con quien reírme de mis dos pies izquierdos, alguien que me de orgullo presentar a mi familia y que quiera proteger de las historias que le podrían contar mis amigos.
Sueño con las aventuras y las rarezas, alguien con quien volverme loca en el mejor sentido, con quien escaparme de noche, con quien explorar lugares perdidos.

Tal vez por eso, cada vez que enserio me gusta una persona mi mente empieza a correr a mil kilómetros por hora.
Y lo odio.
Odio la impaciencia que me provoca el paso del tiempo; odio la incertidumbre esperando que me hable; odio mi ansiedad analizando cada detalle; odio el revuelo de esperanza que siento cada vez que mi teléfono suena; odio la frustración cuando notó que no es el; odio el nerviosismo anticipado que me tiene planeando como contestar a la hipotética llamada que podría nunca llegar; odio la ligera tristeza por la pérdida gradual de la ilusión; odio la desconfianza de no saber si hice algo mal.
Y sobre todas las cosas, odio que me importe tanto. Como una pequeña traicion a mi misma el desear tan desesperadamente el amor.

En fin, tan rápido como llueven los sentimientos se evaporarán.
En algunos días lo habré dejado atrás, dejándolo como una divertida experiencia, una anécdota traviesa.
Mientras sigo esperando por la siguiente conexión que expulse como polen todos los sentimientos contenidos en el cerrado capullo en que me convertí.
Mientras continuo buscando a quien haga crecer mi corazón tres tallas, quien me convenza de bajar de mi alejada y fría montaña

Mi inexistente vida amorosa, demasiado complicada para ser inexistente.

Mi inexistente vida amorosa, demasiado complicada para ser inexistente

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Días de Lluvia [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora