Capítulo 8: Tú, mi droga.

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>>Jungkook.

Llevé a Eleanor hasta la habitación, ella seguía sollozando, me era realmente doloroso verla así.

-Te esperaré aquí- avisé mientras me sentaba en la cama.

Ella llegó hasta a mi, aferrándose a mi camisa de botones.

- No quiero estar sola, por favor, bañate conmigo -

Sus mejillas así como sus ojos estaban rojos de tanto llorar, su nariz también estaba roja.

Suspiré y asenti, no le negaría nada ahora, no era nadie para no complacerla. Me levanté y me quite la camisa, quedando sólo con mis pantalones, también me quite mis zapatos.

- Iré preparando la tina, ve desvistiendote- ella asintió.

Me dolía verla así, parecía no tener fuerzas.

Fui al baño y abrí las llaves, la de agua fría y agua caliente, haría que se tranquilizara un poco.

Salí del baño y la encontré sentada en la cama, sólo tenía la bata de baño tenía la mirada perdida. Me agaché frente a ella y le sonreí, tomé sus manos.

- ¿Me acompañas?- parpadeó un par de veces antes de asentir.

Ambos caminamos hacia el baño, sin soltar su mano, la solte sólo para quitarme los pantalones. Me quede en bóxer.

Le desate el cordón de la bata y ésta se deslizó, dejándome ver por completo su cuerpo desnudo. Y por primera vez caí en cuenta, seria la primera vez que estaríamos así, donde la tendría a merced de mí.

Sacudi la cabeza, no era momento para pensar en esas cosas.

La ayudé  a que se metiera en la tina, yo entré después de ella, ella se sento frente a mí, sintiendo su espalda desnuda en mi pecho. Ella recostó su cabeza suspirando.

Parecía que el agua empezaba a hacer su función.

La ayudé a enjuagar su cuerpo, parecía más tranquila, ahora solo suspiraba. Ella se giro para poder estar de frente a mí, agarró un poco de jabón y lo empezó a esparcir en todo mi cuerpo, tallandolo.

Me empezó a quitar todo el jabón con el agua, ayudándose con sus manos.

- ¿Podrías quitártelo? - miro mi última prenda la cual aún estaba en su lugar.

- Cielo, no tentemos más la duerte, así esta bien-

-No es justo que solo yo este desnuda- frunció el ceño.

Suspiré, asentí  y me levanté en la tina, quitándome la ultima prenda que tapaba esa parte de mi cuerpo más sensible.

Vi como sus mejillas se sonrojaban, tal vez sea por el agua caliente o tal vez porque estaba avergonzada. Me senté de nuevo. Ella se acercó a mí, me beso y yo se lo devolví.

El tiempo parecía detenerse en ese mismo instante, sus labios me sabían a gloria, su cuerpo pegado al mío se sentía genial, me estaba volviendo loco.

- Eleanor...- susurre en sus labios.

Estaba apelando a esa poca cordura que me quedaba.

- No Jungkook, hoy no me detengas, yo...-

Su voz parecía dolida, mire sus ojos, brillaban  con intencidad, y ahí fue donde toda la cordura que tenia se fue a la mierda.

La tome de la cintura y la puse encima de mis piernas, al estar desnudos podíamos sentir toda parte del cuerpo del otro, y mi cuerpo estaba más que feliz en ese momento. Mi amiguito podía decirlo.

Toque uno de sus pechos con suavidad mientras la besaba, ella gimió en mis labios.

Con mi dedo pulgar toque su pezon, el cual ahora estaba erecto, mi piel se erizó con sus gemidos y su piel rozando la mía. La deje de besar y acerqué mi boca a su otro pecho para besarlo, lo lami y succione, ella agarro mi cabello.

Yo no era un virgen, había experimentado el tener relaciones con una que otra mujer, pero nunca había sentido lo que siento ahora, es como si fuera la primera vez. Se que para ella si era la primera vez y por eso lo haría de la manera más única y llena de amor que pudiera hacerlo.

Me alejé un poco, la miré, ella tenía sus ojos cerrados mientras tenía sus labios entre abiertos. Besé su cuello mientras mis manos acariciaban a cada lado de sus caderas, para bajar a su trasero.

Los apreté y la atraje más a mí. No podía más con esta tortura.

La alejé completamente, me levanté y salí de la tina, ella me miraba decepcionada.

- Cielo, prefiero hacerlo en la cama, podría ser algo doloroso hacerlo aquí, para ti siendo la primera vez-

Le tendi la mano, ella se levantó dejándome verla por conpleto, las gotas de agua resbalaban por todo su cuerpo. Me sentía celoso por eso.

La cargué tipo princesa, y fuimos a la cama, donde la deposité con mucho cuidado.

Me puse encima de ella, besandola y después bajando por su cuello, su clavícula y llegando a sus pechos. Me detuve ahí.

Con una mano me apoyaba en la cama para no dejar caer todo mi peso en ella, la otra acariciaba sus caderas, bajo hasta su muslo y después fui subiendo de nuevo, sólo que esta vez por dentro de su muslo.

Me fui acercando a su parte más intima, llamemoslo a su flor, tampoco sería tan vulgar en contar estas cosas. Toque su flor por fuera, donde la acaricie lenta y suavemente, ella gimió sin parar. Con mi pulgar toqué su botón, estaba demasiado sensible, demasiado humeda.

Tal vez era por el baño, pero también podía ser por la excitacion, aunque podrían ser las dos cosas.

Poco a poco introduje un dedo, ella se sobresalto pero la calme acariciandola de nuevo, mi dedo entraba y salia, podía sentir todo su ser por dentro, inserte ahora dos dedos, ella gimió tan hermosamente. Enserio que ella me volvía loco.

Saque mis dedos, abrí un poco más sus piernas y me puse en medio de ella la besé tan apasionadamente posible, poco a poco fui entrando en ella, la miré a los ojos, ella hacia un pequeño gesto de dolor, pero no decía nada. Se mordía un labio.

-Deja de hacer eso, te sacarás sangre- le susurre como pude.

Mi voz apenas y salia, era ronca, y como no, estaba loco por ella, pero también tenía que tener cuidado, si cometía un error y dejaba que mi lobo saliera por completo, podría llegar a matarla.

Al ser mi otra mitad, mi alma gemela, la persona por la cual moriría, mi lobo la encontraba como su enemiga pero también como la persona más amada, era confuso.

Nuestros cuerpos se entrelazaron, siendo uno mismo en un frenético baile de amor y lujuria. Ella disfrutaba después de un pequeño dolor, donde su virginidad quedaba atrás y la hacia mía por completo. Saboreando todo su cuerpo.

Ahora ella me pertenecía en cuerpo y alma, jamás la dejaría, jamás la olvidaría y jamás de los jamases, la cedería a nada ni a nadie.

El Alfa. [Jeon Jungkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora