CAPITULO 28: Te amé

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Dahyun

      Momo se levantó dirigiéndose al patio y decidió dejarme sola sobre la mesa. Me quedé recostada sobre ella analizando las dolorosas palabras que salieron de su boca, estas me reafirmaban que todo había sido un error, pero dentro de mí no pensaba lo mismo.

      Pasó un tiempo y Sana se acercó a mí. En ese momento ya no podía verla con los mismos ojos, Momo finalmente me hizo entender que en realidad la estaba lastimando sin que ella se dé cuenta. Tenía que decirle lo que verdaderamente me pasaba, pero no tuve el valor suficiente. Estuvimos charlando en el comedor como una pareja "feliz", hasta que luego de un tiempo nos fuimos arriba para dormir o algo por el estilo.

- Te ves rara. - dijo Sana

- ¿Eso crees?

      Y ella tenía razón, mi comportamiento no era el mismo, pero se limitó a preguntar algo más y trató de animarme haciendo cosas que sólo ella puede hacer.

      Entre tanta risa que me provocó, caí muerta en la cama entregada a lo que sea, y Sana supo aprovechar eso, por lo que empezó a hacerme cosquillas. Aparentaba ser que a ella le divertía tanto como a mí porque las dos en un momento paramos y nos acostamos una al lado de la otra, ya que nos comenzaba a doler nuestros estómagos.

- Ya... ya para... - dije agitadamente

- Jajaja, esto me hace recordar a mi niñez.

- Jajaja, a mí también.

- Necesito aire. - toma mi mano

      En ese momento, solté su mano y fui por un poco de agua a la cocina, después de todo no podía llevarle aire en un vaso.

      En el living estaba la hermosa pareja japonesa, demostrando un poco de su amor en un intento de lugar privado para nada privado. Como sospechaba de su relación pasé varias veces por ahí, para ver si demostraban un poco de amor, usando la excusa de que iba a buscar algo distinto. En todo momento que pasé por allí no vi nada raro, provocando que mis sospechas aumenten.

      Decidí dejar a la pareja en paz y subir de una vez.

- Volviste.

- Sí. - me acosté nuevamente

- Necesitaba un poco de esto. – deja el vaso sobre a cómoda

- Yo necesito dormir...

- Todo el día te la pasas durmiendo, deberíamos aprovechar nuestro tiempo juntas. - se sube arriba mío usando de apoyo sus rodillas sobre la cama

- ¿Y qué quieres hacer?

- No sé, podríamos divertirnos. - comenzó a besar mi cuello

- ¿A qué quieres jugar?...

- A las cosquillas.

      Sabía que esas cosquillas no eran como cualquiera, sabía que llevarían a otro lado, pero lo que no sabía era decirle que pare. De mi cuello comenzó a subir hasta llagar a mi boca, besándome apasionadamente. Yo no quería que la situación pasara de eso, por lo que, nuevamente, la empujé.

- ...

- Perdón... todavía no me siento preparada...

- Está bien...

      Automáticamente me di la vuelta y ella me abrazó hasta que nos quedamos dormidas, o eso parecía. En realidad, yo me quedé despierta pensando en las minuciosas palabras que le diría a Sana para tratar de terminar nuestra relación. Entre mis pensamientos escuché el chillido de la puerta y, con el reflejo de la pantalla de mi móvil, vi que se trataba de Momo. Se acostó sin decir ninguna palabra y, para que no se quedé con esa cara, le dije que descanse.

La única a la que puedo amar // DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora