Raccoon city

3

Del teatro salieron cinco jóvenes, el rostro de cada uno me indicaba pesadumbre. Los chicos tenían rasgos realmente interesantes, entre ellos: Una chica de cabello rojo como el fuego, dos gemelos con los cabellos rubios y en las puntas tenían azul; el más alto del grupo tenía el cabello castaño y rasguños en el rostro. La última... Bueno tenía una cara de ángel, cabello negro de un lado y rubio con tonalidades blancas del otro. –¿Quienes son?

-Pues... —Resoplo sobando sus cienes. —Ume es la chica del cabello rojo, era una de las bailarinas más queridas, -el rostro de Ume si apreciabas resaltaba su inquietud, distinguías como pedía a gritos que la soltaran. —Los gemelos Kai y Wohn James. En las calles comentan que causaron la masacre.

-No lucen como criminales -Soul volteó a verlos, encogiendose de hombros bajó la vista.

-El más alto es Keitaro, por último Reiko Vandal. El grupo es acusado por asesinato.

-Eso ya lo sé idiota. Lo que quiero es hablar con ellos.

-Te puedo dar dos interrogatorios, igual quedaran en la prisión de cristal. —La mirada de Soul estaba perdida, algo la hostigaba. Decidí dejar nuestra conversación para otro momento.

-Iré con ustedes. –Enuncie, Soul paró en seco, e instantes después, reincorporó su postura, y abrió la puerta del auto de policía sin ganas. Entré a este guiñandole el ojo. –¿Acaso no te agradan? —Encendió el auto, sus ojos se aguaban.

-Es confidencial, pero... El hecho que no quería mostrar empatía es otra cosa. —mordí mi labio. Mientras el auto avanzaba, jugaba con mi encendedor. La flama llamaba mi alma...

-No crees que es tiempo de despertarme? –una figura de piel roja y garras rasgaba mi pierna. Abrí mis ojos de golpe, la respiración acelerada, el sudor en mi frente, tuve suerte de que solo haya sido un sueño.

-Maldita sea. —Susurre, ya habíamos llegado a la comisaría, Soul aferraba sus manos al volante. —No me despertaste.

-No es mi culpa, ninfomana. —Protestó, y reí ante su insulto, Que en parte solo es broma. Ella no es tan agresiva, conocía a Soul como si fuera mi hermana, comentarios así son comunes entre nosotras.

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Mientras escoltabamos a la peste negra, La comisaría entera miraba despreciable a los chicos, sus ojos críticos les recorrían de pies a cabeza. Uno de ellos en una acción irrespetuosa golpeó a Reiko en el rostro, ella le gruñó en respuesta. Sostuve la mano del policía con fuerza.

-Tocala de nuevo y haré que te vuelvan comida para tu esposa. —Esboze una sonrisa pérfida, al oficial. Reiko alzó una ceja curiosa, le guiñé el ojo mordiendo mi labio, quito la mirada, sin embargo sus mejillas se ruborizaron. Keely estaba al frente observandome molesto. (El rubio había llegado de la nada al pasillo donde me encontraba). —Que?

-Nada. —Nos dirigíamos al los cuartos de interrogatorio que quedaban en el fondo del pasillo. Tuve que esperar seis horas para poder entrar a la sala, ya que primero los policías tenían que sacar su informe acerca de ellos y luego estaba el mío. Keely salió echando humo por los oídos. <<Él era encargado de hacer los archivos junto con otro policía.>>

-Interrogarlos no será fácil. —Soul se sentó a mi lado fumando de su cigarillo. –No oíste esto de mí, pero sospecho que la masacre fue causada por la nobleza...