Si estás leyendo esto: gracias por el tiempo que le dedicas a mi historia.
*
CAPÍTULO 2
La vida después de Victor Nikoforov no era muy diferente a la vida antes de él. Quizá la única diferencia que Yuuri encontraba ahora es que había sido rechazado no sólo por su alma gemela, sino por alguien a quien admiraba desde hacía casi media vida. Era, en cierto sentido, tan surreal, que Yuuri sentía que nada de aquello le había ocurrido a él. Había días en los que tenía la sensación de que todo había sucedido sólo en su mente, que era una de las muchas situaciones hipotéticas que imaginaba para pasar el tiempo, aunque ninguna de ellas hubiese sido tan cruel.
El día siguiente de la visita lo pasó encerrado en su habitación. Por alguna razón, no quería enfrentar a su familia, no quería que le preguntasen qué era lo que Victor Nikiforov había ido a hacer a aquel pequeño hotel en Hasetsu y por qué se había retirado media hora después de llegar. Posiblemente su familia supera ya la razón, quizá el mismo Victor lo había dicho. ¿De qué otra forma podría explicar la mirada de preocupación de su madre cuando llamó a su puerta?
Con todo, Yuuri pensaba que no lo sobrellevaba demasiado mal. Después del shock inicial, se propuso regresar a su rutina. Estaba acostumbrado a que Victor Nikiforov no fuera parte de su vida, así que no tenía caso añorar algo que nunca había sido suyo para empezar. Era sólo negación, pero por lo pronto, funcionaba de maravilla. Excepto cuando, por las noches, se despertaba sintiendo una añoranza que creía olvidada y un vacío completamente nuevo en el corazón.
Los días pasaban con la misma quietud de siempre y no había cambios significativos en la rutina de Yuuri. Quizá la única diferencia era que ahora charlaba con Phichit más seguido. Desde aquella vez en Tokio, Yuuri decidió que había llegado el momento de dejar un poco el pasado y concentrarse en el presente. Su amigo formaba parte de ese presente, aunque sus caminos hubiesen tomado rumbos distintos, así que charlaba por las noches con Phichit sobre todo aquello que antes no se animaba a preguntar (para sorpresa y agrado de su amigo) y se olvidaba, por un instante, que su alma gemela le había rechazado.
Sólo por las noches era cuando no podía silenciar sus pensamientos. Con frecuencia, Yuuri se encontraba con la mirada fija en el techo de su habitación, cuyos contornos apenas podía distinguir en la oscuridad, repasando mentalmente lo ocurrido durante la visita de Victor. Recordaba cada segundo y cada palabra de aquella conversación y en particular, recordaba la mirada de Nikiforov, vacía y carente de emoción.
Yuuri sabía que, si quisiera, podría ocultarse en el enfado, decidirse por el rencor en vez de la resignación ante lo ocurrido, pero era incapaz de hacerlo por una razón bastante simple: Victor sufría también. Todos los libros que había Yuuri leído sobre las almas gemelas mencionaban que, en ocasiones, era posible usar ese vínculo invisible para hacer llegar al otro las propias emociones. Aquello era más que pura teoría, pues él lo había experimentado en carne propia: los momentos fugaces en los que podía sentir emociones que no eran suyas provenientes de algún lugar lejano. Yuuri aún podía sentir el vínculo que le unía a Victor y sabía que estaba lleno de dudas y remordimientos que lo tenían intranquilo.
Posiblemente los dos tuvieran algo de masoquistas y quizá su situación se resolviera si se sinceraban por completo con el otro y se daban la oportunidad para conocerse mejor, pero la mayor parte del tiempo era mucho más fácil para Yuuri ignorar ese pequeño detalle y concentrarse en la rutina, en los días interminables detrás del mostrador del hotel o en las noches en vela, llenas de recuerdos y emociones ajenas que se mezclaban con las suyas.
ESTÁS LEYENDO
[Yuri!!! On Ice] Resiliencia (Victuuri) [TERMINADA]
FanfictionUna noche en Detroit, Yuuri descubrió tres cosas. La primera fue que tenía un alma gemela. La segunda, que compartía un vínculo tan fuerte con su alma gemela, que ahora formaban parte de los casos en los que éste se manifestaba de manera física. La...