Day7

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plumber!Jean and scientist!Marco are important people on opposite sides in a war. They are getting married in a romantic restaurant.

Habían esperado por esto. El momento en el que surgiera un territorio neutral entre los dos que estaban en guerra. ¿Qué mejor lugar para casarse cuando pertenecen al enemigo del otro?

Donde encontraron más diferencias entre ellos siempre fue con lo que respectaba a política. Ideales distintos, conflictos en supuestas cooperaciones... habían acabado en una guerra, pero se sonrían con picardía. Algunas personas habían notado la atracción entre ellos, varios tomándolo como "cosa de enfermos".

Pero si se casaban y la gente lo descubría, obligarían una unificación del territorio. Si eso pasaba, se perdía el juego. La tensión y tentación puede jugar con cualquier ser humano.

Cuando las reuniones finalizaron por la definitiva guerra, extrañaron los gestos y voces del otro. Los suspiros por no poder entrar en razón. Los sorbos de café matando la desesperación. Jean construyó un laboratorio subterráneo para Marco, justo bajo las ahora neutrales tierras. Perder no era una opción, y mucho menos si se trataba del contacto entre los dos.

Habían decidido algo más romántico para la ocasión. Casarse bajo tierra, en el lugar donde se ven todos los días, se veía demasiado aburrido.

Las miradas del restaurante se posaron todas en el famoso rostro con pecas. Gran científico con importancia política de un lugar en guerra aparecía de la nada en un restaurante no muy elegante. Reservó una mesa y solicitó un vino, pero lo primero que hizo fue ir al baño.

Minutos después, Jean aparecía por la puerta del mismo restaurante. Las personas comenzaban a susurrarse, rumoreando supuestas discusiones si se encontraban. Ugh, personas dando cosas falsas por hecho. No se molestó en hablar con ningún trabajador de allí. Se dirigió al baño sin dudarlo.

Los aseos comunes del restaurante estaban vacíos. Cualquiera lo diría, pero él reconoció los zapatos que asomaban bajo la pequeña puerta de las que abrían la entrada a los retretes. Bloqueó la entrada al baño. Se aseguraría de que nadie interrumpiese.

Marco esperaba por él sentado en la tapa del váter. No pudo evitar sonreír al ver a su prometido encontrarle, sonrisa a la que se añadió un rubor cuando Jean se sentó encima suya sin pudor alguno.

  —Si te beso ahora, ¿ya te podré agendar como mi marido?

Porque, sí, esa era la hermosa idea que suponían por boda. 

Marco rodeó la cadera del contrario, atrayendo sus cuerpos, antes de posicionar a distancias peligrosas sus labios. Sin duda, amaban los retos; pero el amarse había florecido sin ser parte de uno.

El beso comenzó, y no se podría decir quién se lanzó. Alguien golpeó la puerta desde fuera, quejándose de no poder entrar. Rieron mientras seguían disfrutándose el uno al otro, en parte ignorando al mundo, tal y como siempre.

Jeanmarco Month; 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora