8- afloran los sentimientos

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Después de sacar a Chief de su casa, Tobe subió a la terraza

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Después de sacar a Chief de su casa, Tobe subió a la terraza. Necesitaba calmarse con urgencia, no podía permitirse estar en ese estado de furia, frente a Pucca y los bebés. Entro rápidamente a su pequeño cuarto de entrenamiento, se quitó su camisa, se puso un pantalón especial para entrenamiento, amarró un par de vendas en sus manos y comenzó a golpear fuertemente el muñeco de entrenamiento, desquitando esa irá acumulada que ya no podía controlar más.

Había pasado un tiempo desde que se puso de ese modo, le costó mucha terapia, reprimir ese primer impulso de enfadarse, pero con el estrés del trabajo, procurar las idas al hospital de Pucca y ahora los bebes. Todo es desgastante, pero no reniega de esta hermosa situación en la que se encuentra actualmente...

Por su parte, Pucca recostó a los dos pequeños, que se quedaron dormidos, los arropo bien, tanto como sus conocimientos de madre primeriza se lo permitían. Desde que llego a la casa de Tobe, nunca se preocupó realmente por pensar en el futuro, algunas cosas las sugería él, como el aprender a poner un pañal y que hacer en caso de que el bebe se enferme. También vio algunos documentales en un canal de bebes, cosas que hasta el momento estaban ayudando. Rodeo con las almohadas a ambos angelitos y salió con cuidado de la habitación.

—¡Tobe! —hablo caminando por la sala, toco la puerta del cuarto del magnate. Esta cedió inmediatamente al contacto, abriéndose al instante y tampoco lo encontró, sintió una corriente de aire frío y camino hasta el lugar de donde provenía, era raro que una brisa fría así se sintiera, el apartamento todo el tiempo se encontraba muy cálido. Camino hasta encontrarse con las puertas que conducían a la terraza. El último piso del edificio, la invitaba a descubrirlo.

A pesar de haber estado compartiendo techo con el chico, jamás había abierto aquellas puertas, simplemente por qué no le daban muchas ganas de inmiscuirse, en su totalidad, en la vida del magnate. Con ocho meses bajo el mismo techo y aunque él le dijera cientos de veces que no era una molestia, ella en lo particular se sentía como una gran carga.

Sin muchos ánimos, subió aquellas escaleras con cuidado, sus piernas y vientre aún dolían demasiado. Traer al mundo por sorpresa a un par de mellizos, ya estaba comenzando a pasarle factura. La experiencia más hermosa del mundo, también es la más dolorosa de su vida.

Cuando estuvo fuera del edificio y su cuerpo se encontró totalmente en la terraza, fue recibida por una corriente de aire frío, lo que la hizo estremecer. Aquella sensación repentina de frialdad fue sustituida inmediatamente por la sublime vista que atrapo su mirada. Un pequeño jardín lleno de rosas diminutas ambientaba el lugar con su sutil fragancia y un camino de piedrecitas blancas, que avanzaba por en medio de aquel jardín. Camino, escuchando cada paso que daba. Llegó sin demasiado esfuerzo hasta donde una banca metálica, invitaba a los visitantes a permanecer sentados observando la increíble vista. Se sentó, obedeciendo aquel impulsó repentino. Las luces de la ciudad titilaban como estrellas, perdiéndose en el horizonte. Todo lo que su vista alcanzaba a ver, la dejo boquiabierta.

¿¡Mi Decisión!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora