Tobe sale de la aldea de sooga y años después se encuentra a Pucca, sola y triste, en ese momento le tiende la mano cuando ella mas lo necesita.
Algo comienza a crecer entré ambos, pero la sombra de Garu, le atormentando emocionalmente.
Ahora ella s...
casi domingo ja, ja, ja que descaro el mío, les debo este cap. desde el domingo pasado. pero mi salud no esta al 100 y hay ocasiones en las que solo deseo dormir y no despertar por nada del mundo.
estaba pasando por una depresión muy fuerte.
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Después del incidente del intento de secuestro, la casa se volvió un caos, Pucca estaba siendo constantemente acompañada por un par de jóvenes sirvientas, bien versadas en defensa personal. La villa Yong, se volvió un caos total, con el viaje al que ambos enamorados se embarcaron.
Los días para la joven habían terminado, era momento de regresar a Sooga y darse a conocer como ama y señora de la noble familia Yong.
—¡buen viaje!, ama pucca — hablaron al unísono todos los empleados de la casa, despidiéndose. Se sorprendió un poco al ver a más de ochenta personas despidiéndose de ella, era más de lo que había visto cuando llego, aunque eran menos empleados, de los que recordaba, había en la nómina. Manejar la administración de la villa, le daba una idea de cuanta gente trabaja ahí.
Pucca solo movió su mano en señal de despedida, dedicándole una radiante sonrisa, que disimulaba muy bien la tristeza que sentía en ese momento, al no encontrar el rostro de su mejor amiga entre la multitud. Tristemente, Ching no estaba ahí para despedirla como era debido. Sin embargo, actuó para sí misma y para los demás, subió a la camioneta junto con Tobe y sus pequeños hijos.
Ella no despego su vista del vidrio, esperando a que Ching apareciera, pero jamás lo hizo, Tobe encendió el auto y se puso el cinturón de seguridad, notando así la mirada triste y melancólica que su amada mantenía en su rostro.
—Ching está ocupada con sus diseños para el concurso— excusó a la chica, aunque no sabía si pucca creería su mentira. —sabes que ese concursó es muy importante para ella— encendió el carro y avanzó, seguido de un par más de carros.
—sí, ¡eso es verdad!— volteó fugazmente a verlo y después agacho su mirada con pesar.
—¡claro! —se rascó el mentón con nerviosismo, lo que le pareció tierno a pucca y sonrió levemente —ella me lo dijo ayer, incluso nos deseó un buen viaje de regreso y me amenazo con que te cuidara mucho y a sus sobrinos también—añadió.
Para él era más que obvio que su mentira no serviría si él mismo no la creía, después de todo el día anterior jamás estuvo con la chica, pues el magnate tuvo un asunto más urgente que atender. La logística de su visita, no era nada fácil.
—me hubiera gustado que ella nos acompañara a Sooga... —suspiro la azabache --me sentiría más tranquila con ella ahí.
—yo pienso igual princesa, pero prometo estar contigo y los niños todo el tiempo posible, no son vacaciones para mí, solo una visita de trabajo, pero... quiero pasear con nuestros hijos por la orilla de la playa— la mirada de Tobe se volvió fría, vacía. Un recuerdo viejo de su pasado surcó por su mente, pero no dijo nada, solo se limitó a ver el camino.
