24.- ¿qué tan grande es la villa?

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maratón 3/10

—¡joven señora!, ¿se encuentra bien? —pregunto la señora Yu, en cuanto la azabache se perdió en sus pensamientos

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—¡joven señora!, ¿se encuentra bien? —pregunto la señora Yu, en cuanto la azabache se perdió en sus pensamientos. Rápidamente, bajo las escaleras, para alcanzarla.

—¡no... no es nada!—esbozo una sonrisa —infórmele a mi esposo que lo estaré esperando en el comedor— la señora Yu, agacho su cabeza mostrando respeto y dio la media vuelta para retirarse.

En cuanto se quedó sola, Pucca observo en detalle todo lo que la rodeaba, tanto lujo era impensable en su vida, pero ahora la rodeaba a cada minuto del día, sus pensamientos jamás fueron avariciosos, pero una parte de ella se preguntaba ¿Qué hubiera pasado con ella, si Tobe fuera otra persona? Un don nadie, solo una persona de clase humilde, un obrero, en fin, otra cosa menos que el joven multimillonario que es ahora y con esos pensamientos, regreso por sobre sus pasos y comenzó a recorrer por cada uno de los pasillos pensando en un sin fin de cosas. La mansión era más grande de lo que esperaba, recorrió tantos centímetros de aquella mansión, que llego hasta el final de un pasillo. Este era diferente de los demás, ya que contaba con una puerta al final. Atraída e impulsada por su curiosidad, tomo el pomo y lo giro, haciendo así ceder la puerta que, para su suerte, no se encontraba bajo llave como algunas otras que se encontró por el camino, entro sin más haciendo rechinar la puerta, se notaba que llevaba años sin ser abierta.

Un pequeño cuarto con pinta de ático le dio la bienvenida, las paredes eran color rosa y dos ventanas redondas dejaban pasar la luz exterior, todo en esa habitación era del mismo color rosa pero en diferentes tonalidades. Los muebles que, a pesar de estar cubiertos por polvo en su totalidad, podían dejar ver que eran del mismo tono pastel, que las cobijas que cubrían la cama, que se encontraba al pie de las ventanas. Camino un par de pasos hasta adentrarse en su totalidad en la modesta habitación, observó con detenimiento el pequeño espacio. Todo estaba perfectamente preparado y dejado en su lugar, notándose aún más el tiempo de abandono, era muy probable que la habitación le pertenecía a una niña de aproximadamente unos 3 años.

Dio varias vueltas revisando los muebles y los estantes suspendidos de las paredes, repletos de peluches y juguetes, qué perfectos en su sitio, delimitaban las espesas marcas de polvo que se acumularon a su alrededor con el tiempo.

La foto de una pequeña niña, de cabellos rizados, muy sonriente, llamó su atención. Detrás de ella aparecía una pareja que sonreía del mismo modo que la niña hacia la cámara. El retrato en sí solo reflejaba felicidad absoluta, tomo el marco que cubría la foto, lo limpio un poco y vio lo que el polvo escondía, dos palabras en mano escrita, Familia Tong. Se hallaba sobresaltada en la madera, observo con aún más atención aquella vieja foto. Y lo que vio la sorprendió, pues el escenario principal de la fotografía, era nada más y nada menos que la isla de sooga. Las grandes paredes rojas y las puertas doradas talladas con un dragón en la entrada, le mostraron que aquella feliz familia, había sido retratada en frente del restaurante de sus tíos y con aquella feliz foto, ella se sintió miserable... Realmente extrañaba a sus tíos y a la siempre contenta gente de sooga.

Se sentó en la orilla de la polvorienta cama, observando con detenimiento la cálida, gentil e inocente expresión de la pequeña retratada, mientras recordaba cada momento feliz, en compañía de sus tíos. No eran sus padres, pero se comportaron a la altura del reto de criarla, se comprometieron tanto con su papel, que se rindieron en buscar parejas y una familia propia para ellos. Nadie que llegaba a ellos diciendo amarlos, se quedaba lo suficiente, como para compartir el cargo de una niña huérfana que no era su propia sangre.

A pesar de su recién adquirida determinación, le fue imposible no sentir un hueco de culpabilidad, extendiéndose en su pecho. ¿Qué tanto estaban sufriendo sus tíos, por la incertidumbre de no conocer su paradero?


Estudio de Tobe.

—¡son tan lindos! —Ching se hallaba embelesada con los niños. Y como culparla, ambos bebes eran tan hermosos a tan corta edad, que entro en el club de la gente, que no permitirá que nada malo pase a su alrededor.

—sí, pero ¡¡ssh!! Si los despiertas dejare que te encargues sola de ellos—susurro Tobe. De primera mano, sabía lo difícil que era, volver a hacerlos dormir, estando solo con ellos.

—ok, ok me calmaré... Pero es que son tan lindos—susurro derritiéndose por ellos.

Tobe sonrió al oír las palabras de la chica, pues tenía razón y le emocionaba saber que no era el único, que se sentía de esa forma con un pequeño y tierno pedazo de carne. A pesar de no llevar su sangre corriendo por sus venas, le dan la satisfacción de verlos, comer, dormir y esbozar pequeñas sonrisas, que lo enternecen de sobremanera. Los amaba tanto, igual o más que a Pucca.

El celular de Tobe comenzó a sonar, de inmediato una de las chicas del servicio, que se encontraban esperado para llevar a los pequeños a su habitación, se acercó para tomar a la beba, el magnate agradeció con una sonrisa y tomo el dispositivo que estaba sobre su escritorio.

—diga— su voz sonó neutral, le dolió separarse de Ren—¿Cómo? —se exaltó

—gracias Merio—permaneció unos minutos más pegado al dispositivo.

—perdone la interrupción, maestro Tobe, pero no encontramos a la joven señora, la cena está lista y ella dijo que lo esperaría en el comedor, pero como no llegaba ninguno de los dos, primero fuimos a buscarla y no la encontramos—la señora yu estaba completamente alterada. Tobe volteo para observarla y pudo notar la incertidumbre y la preocupación en su rostro.

—Merio, después te regresaré la llamada—colgó y metió el dispositivo a la bolsa de su pantalón —que absolutamente todo el personal, la busquen por cada uno de los rincones de la propiedad, deben hallar a mi esposa de inmediato—ordeno con consternación. La cara de Ching también se mostró alterada tras escuchar lo dicho.

—por favor muéstrenle a la señorita lee Ying mi habitación, para que mis hijos descansen en lo que aparece su madre—paso su mano en su cabello con frustración.

—¡sí!, amo Tobe— la chica que traía a la beba, agacho su cabeza y espero a que Ching se levantara de la silla y la siguiera, pero antes que ella pudiera seguirla completamente, Tobe le impidió el paso.

—Ching... cuídalos por favor, prometo que encontraré a Pucca y no te agobies, no permitiré que nada malo le pase—las palabras del magnate fueron cálidamente dirigidas. Ching solo asintió y prosiguió su andar. Para la chica, aquel hombre estaba a prueba y más le valía encontrarla.

Y así, sin más cada miembro que trabaja en la villa Yong, comenzó a buscar a su nueva señora. Los guardias de seguridad, sacaron a los perros que resguardaban la finca, en busca de algún indicio de la joven, en cada metro cuadrado de los terrenos aledaños de la misma. Los criados buscaron dentro de la mansión, así como el garage y los salones externos de la residencia.

Todos buscarían como locos, después de todo, le trajo alegría a la ya casi abandona villa, pues los honró al traer al mundo a un par de hermosos herederos. La familia real Yong prevalecería para las futuras generaciones...

 La familia real Yong prevalecería para las futuras generaciones

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¿¡Mi Decisión!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora