44- fiesta

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Es sábado y el cuerpo lo sabe...vamos de fiesta está noche🎶

—¡buenas noches, señora Namikaze! Tobe le extendió una cordial sonrisa mientras mostraba una reverencia ante tan importante señora

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—¡buenas noches, señora Namikaze! Tobe le extendió una cordial sonrisa mientras mostraba una reverencia ante tan importante señora.

—¡buenas noches, joven tobe! — ella respondió con una sonrisa pomposa en su blanca piel, la cual era muy notoria y atractiva, en sus delicados y finos labios. Bajo la pintura carmesí con la que los decoraba. A pesar de su cabellera de fuego, con la que la mujer se paseaba por el lugar, luciendo sus grandes y expresivos ojos de un azul profundo, llenos de destellantes reflejos, entre todo ese rojo intenso que la caracterizaba.

—¡se ve muy hermosa esta noche! – aquella expresión salió como un pequeño ronroneó del pecho del magnate.

—¡no bromees así conmigo! – su sonrisa se ensanchó juguetona

—con algo tan delicado, jamás bromearía— añadió solemne, sin mostrar algún indicio de que estaba bromeando. Honrando así la invitación de la señora.

—¡bien, bien! — sonrió ampliamente, complacidas por aquel joven.

—sé que esto es inoportuno, pero... ¿Si ha considerado mi oferta por las propiedades que venderá de sooga?

—ja, ja, ja... Tienes razón— su mirada cálida cayó, mostrando más seriedad en sus ojos —esta conversación es muy inoportuna— la tensión se sintió en el aire —después de todo, había prometido considerar esa propuesta inmobiliaria, si tú traías a tu esposa ante mí para conocerla.

Tobe se maldijo internamente, no quería que aquello quedara así, tenía que hacerse de esas propiedades sí o sí, no importaba el costo en ello. El tiempo no estaba así favor y por algunas investigaciones e informes que le has estado dando, sabía de primera mano que a todas las propiedades de las cuales hablaban, les quedaban poco menos que dos días antes de ser demolidas y rematadas como terrenos baldíos y con una plusvalía menor a la que cuentan actualmente.

El hizo un pequeño asentimiento con su cabeza, dándole completamente la razón.

—lamento la invasión... pero ¿por favor, podrían posar para el periódico de New Time Corea?— los interrumpió un periodista en plena plática.

—¡claro! Yo no tengo objeción alguna...— hizo un leve movimiento de muñeca, señalando a Tobe —¿pero mi joven acompañante no lo sé? Agrego cautelosamente, enarcando una ceja. Había notado el pequeño cambio que mostró Tobe con tal interrupción, un pequeño tic en su párpado se hizo presente.

—¿CEO Yong?— la mirada expectante del periodista, se colocó sobre el nombrado.

El magnate solo se limitó a respirar con normalidad, intentando no mostrar su molestia, e irritación en medio de una fiesta que, por supuesto, no era suya. Si fuese el caso contrario ya hubiese ordenado que lo sacaran a patadas del lugar.

¿¡Mi Decisión!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora