9.-una difícil propuesta

419 52 8
                                    

Pucca se removió, con pesar en la cama, tras sentir los cálidos rayos de sol, que entraban por el ventanal de su habitación, a través de las largas cortina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pucca se removió, con pesar en la cama, tras sentir los cálidos rayos de sol, que entraban por el ventanal de su habitación, a través de las largas cortina.

Sin más remedio se levantó con cuidado para no despertar a los bebés, que se quedaron con ella, camino directo al baño y se cambió, salió y como siempre todo estaba calmado y tranquilo en la casa del magnate, observo el reloj que marcaba las 10:00 am, ya era tarde, pero ella no durmió bien por las horas en las que los bebes se despertaron en la noche para comer.

Abrió la puerta del cuarto de Tobe y lo encontró durmiendo, esto era extraño para ella, pues muy puntualmente se alistaba para salir a trabajar. Se acercó a un lado de la cama y lo observó detalladamente mientras su pecho subía y bajaba a un ritmo constante.

—cuanta tranquilidad— murmuro dibujando una sonrisa, mientras la cicatriz en él entre cejo del hombre la hipnotizaba, deseaba tocarla, sentir aquel pequeño y extraño surco en la piel. Extendido su mano sin dejar de mirar aquel color más brillante que contrastaba con la piel normal, pero rápidamente recupero su fuerza de voluntad y movió el hombro del magnate suavemente.

—Tobe... Tobe.

—mmm— dijo soñoliento —mamá cinco minutos más, por favor.

Pequeñas risitas salieron de la boca de la azabache —Tobe, despierta ya es tarde, tienes que ir a trabajar, no quiero que piensen que solo pierdes tu tiempo conmigo o que especulen que tenemos una relación.

El magnate se levantó, con pesadez, su torso estaba desnudo y solo portaba un pantalón de pijama, su cabello estaba suelto y completamente alborotado, tobe se sentó en la orilla de la cama y se talló los ojos con un bostezo.

—hoy no iré a trabajar Pucca— sus palabras se atoraron en su boca, quería amar a la azabache como era debido, pero sabía que ella no se lo pondría tan fácil

—¿por qué no?— la chica se cruzó de brazos mientras veía divertida, al soñoliento hombre frente a ella.

Otro bostezo por parte de Tobe fue lanzando, jamás se había sentido tan cansado como lo estaba sintiendo en los últimos días —Porque me di una semana de vacaciones, para estar contigo y esos hermosos bebés.

Pucca sintió alegría ante la idea, que se lanzó sobre Tobe, para abrazarlo y deposito un dulce y cálido beso en la mejilla del magnate, que también se sorprendió, recibiendo alegremente el abrazo por parte de la azabache.
—¡oh! ¡Princesa, ahora que sé que eso te alegra, lo haré más seguido!— Tobe comenzó a acariciar la negra melena de Pucca con extrema delicadeza, como si temiese que ella fuese a lastimarse y como ya lo hacía desde hacía varios meses, puso una sonrisa de alegría y enamoramiento absoluto. Para él no cabía ningún atisbo de duda en cuanto a lo que su corazón, mente y cuerpo sentían al estar cerca de la azabache, él pelearía por ella, con quien fuera sin importar las consecuencias...

El estómago de Pucca comenzó a rugir, lo que causo risas masivas por parte del mayor, la azabache avergonzada se levantó soltando el agarre sobre Tobe, mientras este caminaba directamente a su guardarropa, sacando y poniéndose una playera, echo esto, camino de vuelta a donde la azabache estaba parada y la jalo de la mano.

¿¡Mi Decisión!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora