Día 5 - Fantasía

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Los personajes de Boku no Hero Academia no me pertenecen, sólo el amor que les tengo.

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Pez y no-humano

Ya dos semanas que el humano se sienta en el mismo lugar. Todos los días, cuándo cae la noche, llega y espera. El pez no sabe lo que busca, sólo le desagrada que aparezca en su lugar especial. La única zona que está lejos de sus compañeros, pero no lo suficiente para que crean que se hubo escapado.

El pez mira. Se desliza hacia atrás y moja su cabello. Nuevamente las horas pasaron y se avecina el amanecer, momento en que el hombre se va; y él, soñoliento, regresa a su pequeña zona de descanso.

Llega la noche y el hombre vuelve a aparecer, más delgado que el día anterior, y más aún, que los días anteriores a este. Se queda mirando a la nada, el pez se impacienta. Le gusta ese lugar. Corren lindas olas en las que puede saltar y jugar. Es el único lugar del que se puede escapar —aunque sea un instante— de las miradas de las hembras. Ese era su lugar para que un odioso humano se lo robe.

Pasan las horas y se cansa de sólo observar al humano hacer nada, si él no se acerca el otro no se irá. Comienza a nadar hasta llegar a su lado. La roca del humano se encuentra demasiado lejos para poder alcanzarla, así que lo llama. Un sonido extremadamente agudo sale de su boca y vibra por todo su cuerpo; el pez así recuerda que no comparten el mismo lenguaje. El hombre, que ya no es humano, se sorprende por tal terrible sonido y se gira; encontrándolo, quedándose sin aire.

Un ser más allá de lo imaginario lo observa molesto. Y no es que el fuera de lo más normal tampoco.

Frente sí se encuentra alguien de belleza fuera de lo creíble. Más allá de los hermosos ojos grises y los delicados rasgos; era aquélla presencia. Era digna de imaginar como la que seducía a los viajeros hacia su perdición. El tritón habla, a su forma; pero él no puede entenderlo. Que exquisita criatura. Acerca su mano hasta la mejilla aún húmeda y acaricia. El pez frunce el ceño, el ya no humano sonríe después de mucho tiempo ¿Acaso es un castigo encontrar a tan increíble ser cuándo lo que realmente buscaba era la muerte?

El sol se asoma en el horizonte, lo que estuvo esperando y días anteriores no se atrevió a encontrar; comienza a alumbrar su rostro cuando finalmente encuentra algo interesante en esa vida que fue maldito a vivir.

Primero la cara, luego el resto del cuerpo. Arde. Siente cómo su cuerpo se derrite bajo la luz del sol. Acaricia la mejilla suave mientras su piel comienza a caer de sus manos, como si de un pedazo de queso se tratase. El ser lo observa, pero no se siente horrorizado. Levanta su propia mano, dónde ve brillar pequeñas escamas celestes como si de pecas se tratan; la lleva hasta su cabello y tira. Empuja. Lo acerca hacia sí.

El vampiro, debilitado por las largas noches sin alimentarse y el fulgor del astro dorado; no puede más que seguir el movimiento, que es hecho con mucha más fuerza de lo que habría esperado. Y se zambulle.

Es arrojado hacia el agua, su cuerpo se hunde. Aunque sus antiguas funciones humanas le piden respirar, él sabe que eso no lo matará. El pez lo había alejado de la muerte, y ahora nadaba hacia él. Torso de hombre, larga cola de pez. Cuyas escamas combinan con las pequeñas que tiene en el resto del cuerpo. El vampiro puede notar cómo al mover su larga cola para nadar hacia él, las escamas parecen brillar y tomar diferentes tonos. Puede ver ese hermoso espejismo mientras su cuerpo se hunde, hunde y hunde. Hasta que choca.

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