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Dahyun solía ser esa chica en el fondo de la clase a la que nadie le dirigía la palabra por ser callada y extraña, hasta que un día, alguien si lo hizo.
En el momento en el que Jihyo la vio entrar por el salón de clases en primer grado decidió que quería ser su amiga, no supuso mucho esfuerzo lograrlo.
La coreana se unió al grupo como si siempre hubiera sido parte de este y las chicas no tuvieron ningún tipo de problema en integrarla, especialmente Chaeyoung y Tzuyu, se habían vuelto inseparables.
Dahyun se convirtió en la amiga incondicional de todas ellas, era excelente escuchando y aconsejando, sólo bastaba una llamada.
Por eso no había sorprendido demasiado a Sana y Momo la repentina huída de su acompañante en cuanto contesto el teléfono, lo que si sorprendió a todas fue que nunca hubiera llegado a destino.
-Que sea rápido.
Dahyun vio la ansiedad en los ojos de Momo y se apuró a contestar el teléfono y volver lo antes posible a la cama, lamentablemente eso nunca sucedió.
La llamada de Chaeyoung la dejo más que consternada. Nunca había escuchado a su amiga tan angustiada, ¿Y que era eso de que no quería que dijera que estaba hablando con ella? La preocupación que la invadió fue suficiente para que saliera como una luz de la habitación dejando a las japonesas más que molestas, luego lo arreglaría.
No era ninguna novedad para ninguna de las chicas la inmensidad de la casa de los Park. Sin exagerar demasiado, estaban seguras de que tenía más las habitaciones que todas sus casas juntas, realmente si no conocías la mansión era probable que te perdieras en menos de lo que piensas.
Incluso en mas de una ocasión había tenido dificultades para encontrar el cuarto de su amiga entre tantas puertas y al parecer no era la única porque Jihyo decidió atar el listón que solía usar en las animadoras al picaporte de la puerta para que la distingan fácilmente.
Dahyun sonrió mientras se encaminaba a la escalera al recordar como solían molestar a Jihyo al respecto diciéndole que su casa parecía un castillo y ella una princesa, a Jihyo no le gustaba esa palabra porque la gente no paraba de compararla con una.
La habitación de la cual acababa de salir se encontraba en el último piso, el cuarto, y el estudio del señor Park en donde la esperaba Chaeyoung estaba en el segundo, ¿Qué estaba haciendo allí de todas formas? Supuso que ya tendría tiempo de averiguarlo.
Para su mala suerte apenas pudo llegar hasta el tercer piso donde el famoso "algo" surgió.
Era mas difícil caminar con el traje de conejo de lo que recordaba, lo observó un poco descubriendo que en el apuro se lo había colocado al revés y sonrió de nuevo. En ese momento parecía buena idea intentar arreglarlo mientras continuaba caminando, no lo fue.