El Secreto de Olivia

Capitulo 40

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CAPÍTULO 40

BOSTON, USA

Domingo 18 de Enero 2016

OLIVIA

El domingo en la mañana Toni decidió que estaba lista y la verdad cada vez que el plug aumentaba de tamaño y Toni me poseía yo perdía la razón, me dejaba exhausta pero con ganas de más, me moría por finalmente sentirlo "De rodillas, Liv. Recuesta la cabeza sobre el sofá" me ordenó e hice lo que me pidió, colocando las manos sobre mi cabeza y apoyando la mejilla sobre el suave cojín "Eres realmente perfecta, Liv" lo escuché respirar con fuerza y cerré los ojos, ofreciéndome a él y dispuesta a recibir lo que quisiera darme.

Sus manos se deslizaron por mis caderas hasta mi espalda para empezar a repartir besos húmedos en mi piel, trazando figuras con su lengua hasta llegar al final de mi columna, un lánguido suspiro fue mi respuesta, sus besos y caricias amorosas me deshacían en miles de pedazos "¿Ya te he dicho cuánto me encanta la forma en que respondes a mis caricias?" susurró a mi oído

"Y a mí me encantan tus besos y tus caricias, son deliciosas" siento sus dientes raspar mi carne y me estremezco

"Te amo, Liv" depositó un suave beso en la cicatriz de mi espalda y me derretí

"Yo también te amo" le respondí y sus manos se trasladaron a mis glúteos, un chorro de gel resbaló entre mis pliegues y los dedos de Toni se deslizaron fácilmente en mi interior, el entrenamiento express con los plugs definitivamente rendía frutos, mi vientre se contrajo en respuesta

"¿Lista, mi dulce amor?" me preguntó tiernamente y no pude evitar sonreír con la dicotomía de lo que estábamos haciendo

"Estoy lista, amor" tomé aire y cerré los ojos nuevamente, Toni sacó los dedos y sentí su gruesa cresta burlar mi anillo, volví a respirar y lo sentí entrar

"¡Oh, santo infierno!" gruñó excitado "Estás tan jodidamente apretada, Liv" se empujó un poco más, estirando y dejando que mi cuerpo se acostumbrara a la sensación.
Podía sentirlo palpitar dentro de mí y quería más, mucho más

"Por favor, Toni. Necesito que te muevas" le supliqué y él terminó de empujarse por completo dentro de mí ¡Santo cielo! La sensación era increíble

"Tu pequeño trasero es una verdadera delicia, amor" murmuró mientras se deslizaba hacía atrás y volvía a hundirse con más fuerza

"¡Toni, Dios mío!" grité abrumada por la sensación, las chispas empezaban a formarse como pequeños fuegos artificiales en mi vientre

"¡Joder, qué rico, Liv!" repetía a medida que sus embestidas se hacían más y más fuertes, clavé las uñas al sofá mientras mis caderas se movían al compás con las de Toni, encontrando el ritmo perfecto. El sonido de nuestros cuerpos chocando, sus jadeos, mis gemidos, nuestras inteligibles palabras de elogio tan solo aumentaban las sensaciones. Toni me estaba poseyendo de todas las formas posibles, imprimiéndose en mi cuerpo, tatuándose de forma permanente y estaba segura que jamás borraría sus huellas de mí.