El sonido de cristales rotos me sobresalta. Parpadeo en un intento de enfocar mi entorno, mis párpados pesan y mi mente está embotada por el sueño. Ruedo sobre la cama y miro la hora en el móvil, son las cinco de la mañana. Escucho otro sonido sordo y frunzo el ceño mientras me incorporo con sigilo.
No vivimos en un mal barrio, el índice de delincuencia es bastante bajo, aunque ya nos intentaron robar una vez hace unos meses. Recuerdo que fue durante las vacaciones de invierno, tuvimos que cambiar la cerradura porque la habían forzado y habían estropeado la cerradura. Por suerte no consiguieron entrar en aquella ocasión.
Ni siquiera me molesto en ponerme algo más de ropa. Giro el pomo de mi puerta con sumo cuidado y asomo la cabeza al pasillo agudizando el oído. Escucho pasos en la cocina y avanzo en esa dirección con el corazón en un puño.
Ignoro la sensación de frío en mis pies descalzos, al igual que el temblor que recorre mi espalda debido a la diferencia de temperatura. Entro en el salón y agarro lo primero que encuentro antes de continuar mi recorrido pegado a la pared. Giro un último recodo, sintiendo la adrenalina agolparse en mi pecho.
Una figura imponente se recorta contra la luz que se cuela por nuestra ventana. Está agachado en el suelo, manejando algo con sus manazas. Bajo el brazo con mi improvisada arma y chasqueo la lengua molesto mientras enciendo la luz con el puño.
Erwin se sobresalta y deja caer al suelo algunos cristales rotos que llevaba en las manos.
—¡Joder, Levi! Me has asustado —dice con voz enronquecida.
—¿Qué yo te he asustado? —replico con voz ronca—. ¿Qué mierda haces?
Mi compañero parpadea, el fogonazo de luz lo ha dejado bastante aturdido. Se gira para contestarme y su mirada se clava en el objeto que aún sostengo con fuerza entre mis dedos.
—¿Qué haces con esa lámpara?
Miro el objeto en cuestión y el cable que he ido arrastrando todo el recorrido. Me encojo de hombros y la deposito sobre la mesa.
—¿Ibas a golpearme con eso? —pregunta entre asombrado y divertido.
—Aún no me has dicho por qué me has despertado a las cinco de la mañana —contesto cruzándome de brazos.
Pone los ojos en blanco y vuelve a agarrar los cristales que hay esparcidos por el suelo.
—No podía dormir. Me levanté para prepararme algo caliente y se me resbaló el vaso de las manos. ¿Vamos a seguir discutiendo?
Resoplo ante sus palabras, pero lo cierto es que no tengo ánimo ni para conversar. Me adelanto y saco dos tazas de uno de los armarios, además de un tarro donde guardo una infusión de Rooibos con manzana asada.
Preparo las infusiones mientras Erwin termina de limpiar ayudándose de un cepillo. No intercambiamos más palabras hasta que nos sentamos frente a frente en la mesa de la cocina, con la mirada perdida y la lámpara en medio.
—¿A qué hora vienen los invitados esta tarde? —pregunto mientras rodeo con mis manos la taza para entrar en calor.
—A las siete —responde él tras dar un sorbo—. Armin a las ocho.
—Bien.
—Tendré que salir con tiempo para ir a buscar el pedido de la cena, mientras les puedes servir los snacks. —Hace una pausa y levanta la mirada—. Ayer fue un día de mierda, discutí con Armin la noche anterior.
Eso explica muchas cosas.
—Oh.
—Sí, no fue muy agradable. No hemos hablado desde entonces, espero tener ocasión esta noche. —Da otro sorbo y cambia el tono de su voz—. Tú deberías hacer lo mismo.
ESTÁS LEYENDO
Secreto a voces
FanfictionFanfic AU de Shingeki no Kyojin. Levi, un estudiante de informática, conoce a Eren Jaeger gracias a su compañero de piso, Erwin. A pesar de ser muy diferentes, no tarda en enamorarse del de ojos verdes. Sin embargo, hay un inconveniente: Eren no es...