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Belly.

Estaba castigada, sí, lo estaba, pero sabía que mis padres muy en el fondo me apoyaban.

Nos encontrábamos en la dirección por primera vez.

Esa chica antes era mi mejor amiga, pero ella salió con mi crush, empezó a decirme cosas malas a mis espaldas, decía que mis padres no eran normales, mis hermanos unos inmaduros, y eso que todos ellos la apoyaron y la querían como una hija más.

-Belly, no tenias que hacer eso-Dice mi mamá, ella me tenia abrazada.

El director prestaba mucha atención a todo lo que decíamos.

-Tuve qué-Comencé-, ella empezó a decir cosas muy malas y no me controle.

-Te entendemos, hija-Dice mi papá poniendo una mano en mi espalda-, pero no puedes andar por la vida golpeando a las personas cuando te onfendan, aunque, le diste su merecido.

-¡Gael!-Chilló mamá, sonreí.

La niña; Ella se encontraba llorando dramáticamente, y su mamá que estaba a su lado rodó los ojos al escuchar a mi papá.

-Debería estar enojado y todo, pero nos defendió, tratamos a esa niña-Señaló a mi ex mejor amiga, mejor no digo su nombre porque no vale la pena hacerlo y sé que llamaran al diablo para que se la lleve-, dijo cosas muy feas, y eso que te tratábamos como una hija, nos decepcionas.

-Me vale muy poco-Comentó ella.

Mi papá tomó un respiro para tranquilizarse y sonrió hipócritamente.

-¿Cómo es que hacen las perras, hija?-Me miró.

Los dos ladramos y ella se echó a llorar otra vez.

Estúpida.

¡Hey, Hermana! | Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora