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Belly.

Okay, se supone que ésta es una historia de humor y ahora se tornó una de drama.

Después de que Anie golpeara a la chica que me estuvo insultando, la llevaron a al dirección, Anie está temporalmente castigada.

Tomé mi teléfono y le puse;

Belly: Anie.

Pensé que no me respondería pero no hizo.

Anie: Belly.

Entonces lo decidí, no resolverse los problemas por teléfono, lo haría personalmente.

(...)

Llegué a su casa, y para darle más emoción, subí por mi ventana, la señora Sophia no me permitiría verla.

Anie estaba en su computador y le daba la espalda a la ventana en donde me encontraba.

Abrí la boca más no poder.

Estaba viendo yaoi.

Pecadora.

Toqué su ventana.

Ella quitó el vídeo, sorprendida, vino abrirme la ventana y yo entré a su cuarto.

—Lo siento—Nos dijimos al mismo tiempo.

¡Hey, Hermana! | Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora