La Revolución

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¿Qué hacen ahí pegados a la pantalla de este dispositivo como idiotas? ¡Alístense! Preparen su mejor traje de gala, aplíquense su maquillaje más costoso y saquen sus armas más poderosas: la guerra se avecina. Y no, no hablo de una batalla estúpida en la que los hombres se portan como animales, en la que prima el dinero y el deseo de poder, en la que las armas destruyen a las familias. No. Esto es distinto. Esto es el cambio que tanto hemos anhelado. Ha llegado la revolución.

Sé que miran con extrañeza. Solo les pregunto: ¿por qué? ¿Qué acaso el mundo no está cambiando de pensamiento hacia las ideas liberales y la defensa de los derechos, hasta para las piedras? ¿Qué acaso no estamos sumergidos en una nueva era donde todo es digital? ¡Vamos, todos juntos: alcemos nuestras voces y cantemos con alegría porque esto es lo que hemos estado pidiendo! Ha llegado la revolución.

Y es que al fin llegamos a una renovación completa del pensamiento. ¿No me creen? Solo miren a su alrededor e imaginen cómo era el mundo hace unos doscientos años. ¿Hemos mejorado o hemos empeorado? Eso depende del criterio individual. Yo no soy quién para obligarles a tomar sus ideas y agitarlas como banderas; yo solo soy un portavoz que anuncia la llegada de una nueva generación. ¿Qué si el futuro será mejor o será peor, con esas pequeñas mentes llenas de perspectivas novedosas? Eso depende del criterio individual. Yo no soy quién para darles bofetadas con los avances científicos o tecnológicos que tanto nos han beneficiado, o enviarles a una celda para que escuchen la grotesca música que resuena en las discotecas, donde "todes" pueden bailar sin ser juzgados. Yo solo soy un profeta que anuncia la llegada del Mesías, pero no ese que nacerá en el pesebre con su madre virgen, sino ese que viene a hacer mella en nuestro cerebro: ha nacido un nuevo ideal, un nuevo rumbo, un gran cambio. Ha llegado la revolución.

Sé que se están riendo con lo que les digo, es normal. Están horrorizados. Es difícil asimilar que el mundo ha dado tantas vueltas, y que nosotros sólo somos parte de unas pocas. Es escalofriante saber que vamos en ascenso y, al mismo tiempo, en decadencia. ¿Cuándo se acabará el mundo? Esa es la pregunta que no nos debería dejar dormir. ¡Al carajo los demonios y todas esas cosas inhumanas! Inhumanos nosotros, que asesinamos, que maltratamos, que queremos aparentar estar ciegos con todas las barbaries que ocurren a nuestro alrededor. "¿Cuándo se acabará el mundo?", o más bien, "¿cuándo acabaremos con el mundo?". Así que sí, están petrificados de miedo. En su corazón siempre abunda pavor, en su piel siempre tiritan los nervios, en sus huesos siempre hay espacios por los que circula el agobio. Entonces rían, rían todo lo que quieran, porque ese es un acto natural con el cual nos relajamos ante tanto temor. Rían hasta que se les salgan los pulmones y luego arrójenlos al fuego en señal de protesta. Ha llegado la revolución.

Y ahora, lo último que les pido es que formen sus maravillosos ejércitos, planeen sus mejores estrategias y utilicen sus mejores técnicas de ataque. Se aproxima un fuerte combate nunca antes visto, donde sus ideas chocan contra sus otras ideas, donde sus sentimientos chocan con su raciocinio, donde su ser choca consigo, con los otros y contra el mundo. No hay peor batalla que la que se afronta entre ustedes mismos. Esa es la guerra que se aproxima: de la victoria quedará el cambio, y serán bienvenidos a este mundo donde las revueltas han dado sus frutos. De lo contrario, serán derrotados, y su condena será vagar por el mundo sin entender por qué la gente hace lo que hace; sin hallar explicación a ese nuevo pensamiento. Serán llamados retrógradas por los radicales que basan su filosofía en seguir tendencias, que no hacen más que pregonar maravillas que su intelecto no comprende y que viven de la polémica porque la calma les abruma. ¡Prepárense! Levanten sus puños, sacúdanse el polvo hasta quedar limpios de cualquier rastro de ignorancia y griten:

¡Ha llegado la revolución!

Ominosa condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora