Ominosa condena

Ansiada Navidad

Los copos de nieve no parecer estar muy lejos ya.
Los llantos por la ausencia se harán sentir dentro de poco.
¡Solo máscaras alegres, por aquí y por allá!
Y no se les ocurra decirme que estoy loco.

Ya se acerca la época del año donde el consumismo hace de las suyas.
Ya pueden oírse los gritos de los niños, ansiosos por hacer destrozos.
¡Ya se avecina la disputa entre mis creencias y las tuyas!
Ya los veo buscando comida entre villancicos y gozos.

Pronto surgirá un afán por eliminar la suciedad.
No falta mucho para que los precios se disparen con descaro.
¡Bienvenida sea a nuestro mundo, Ansiada Navidad!
Usted viene a reinar. Le recibimos sin reparo.

Y a los que no estén contentos con esta dictadura.
Les tocará enviarse a sí mismos a un calvario.
¡Se encerrarán en una prisión de cinismo y amargura!
Se despellejarán con hastío hasta ser dignos del osario.

La época más alegre del año ya se asoma con candor.
Pero esa luz puede cegar a unos, por creerle dolorosa y letal.
¡Solo de nosotros depende si provocamos más dolor!
O si disfrutamos de lo poco que tenemos en nuestra vida mortal.