Run [kth]

now; shut up

—Deja de seguirme.

—¿Te das una idea de qué tipo de barrio de mala muerte es este?

Tenía que estar bromeando, la pinta de criminal con la que cargaba era más que obvia. Si alguien ahí era peligroso, era él. Ese chico estaba metido en cosas en las que ella no quería involucrarse para nada, eso era seguro.

—¿Qué es lo peor que me puede pasar? ¿Que me maten?

Él se detuvo.

Soltó una risa lúgubre y se detuvo de su lento caminar. Pasaron los segundos y lo único que se podía escuchar era el eco de la música a lo lejos acompañado de la fría brisa de la madrugada. Se estaba empezando a poner nerviosa, ese tipo emanaba algo que no le parecía correcto y era como si su comentario lo hubiera sacado de quicio. Quería largarse de ahí lo más rápido posible, ¿qué tan lejos estaba de la avenida?, ¿cuánto tiempo llevaban caminando?

—¿Qué estupidez acabas de decir?

"Estupidez"

Ella no lo veía así.

Desde el momento en el que él murió, ya nada le importaba. Su casa era un desastre, su familia se estaba despedazando, su cabeza nunca podía dejar de atormentarla y no era capaz de quejarse.  Se había podrido por dentro. No se quejaría si la mataran. El mundo no dejaría de rodar, no como cuando él murió.

Siempre pensó que habría sido mejor que aquel bastardo la apuñalara a ella.

No quería morir, pero no se molestaría si llegara a pasar.

—Tranquilo, no tengo tanta suerte como para que me maten.

—Sigues drogada, así que cierra la maldita boca antes de que me saques de quicio.