El sonido lejano de un Gong fue borrando cada una de las imágenes que la mente de Wei Ying plasmaba vivazmente. Con una larga bocanada de aire volvió a la realidad, dentro de la primavera fría entre las bajas temperaturas y un temblor que fue haciéndose más notable al caer en cuenta de la situación a su alrededor.
Los tres días transcurrieron sin problema, con ambos permaneciendo en su posición original, tan cerca físicamente pero tan lejos mentalmente.
—Wei Ying...
El primero en hablar fue el príncipe heredero llamándole a espaldas suya, apenas una voz suave, tan calmada que la nombrada se preguntó como rayos pudo permanecer tan tranquilo. Sus demonios debían ser pocos o en su defecto controlables... En cambio 'ella' ¿Qué esperaban que meditara?
Todas las muertes que ocasionó, las constantes decisiones que no importaba que, siempre dejaban a más de una veintena de muertos, entre ordenes o de su propia mano la sangre estaba esparcida es sus manos. Inocentes, enemigos o traidores, no dejaban ser vidas humanas arrancadas por su juicio, como verdugo y juez.
Esos demonios tomaron forma sólida, se colaban a voluntad tan pronto su seguridad flaqueaba, el tenerlos escondidos en un espacio vacío no servía de nada, ellos mismos eran la propia oscuridad creciendo en su interior, esperando el momento preciso para devorarlo con el mayor de sus miedos y en cambio, en vez de pararlos Wei Wuxian solo sabia como alimentarlos más. Más muertes en nombre del imperio, Madam Yu no le enseñó nada más que defender sus ideales y a las personas importantes para él que destruyendo cualquier obstáculo. Su última orden siguió manteniéndolo de pie, fiel hasta el final a pesar de ser entregado a manos del enemigo solo por la propuesta que Jiang Cheng dio. Wei Wuxian se mantuvo fiel a su emperador, por culpa o hermandad, si todo fracasaba no lo culparía después de todo.
—Lan Zhan... —De forma tardía la doncella respondió, un contraste de voces, la suya se mostró apagada, desganada y con un deje de temblor, por el frío o su propia debilidad, no importó—. Su alteza —Rectificó, solo hasta ese momento notó su familiaridad al hablar ¿De qué servía hacerlo? Si sólo lo hacia para molestarlo, de otra forma seguía siendo extraño mostrar tanta cercanía con el segundo príncipe.
Pero ¿No debía tener esa familiaridad con su futuro esposo?
—¿Estas bien? —La pregunta de su majestad le dejó con múltiples sensaciones, desde la sorpresa hasta la extrañeza y una tenue calidez en su pecho ante la preocupación, por lo menos de cortesía falsa.
—¿Bromeas? Tengo congelada hasta mis ideas, esta cámara se vuelve más fría con los días —Con solo un par de minutos la habitual Wei Wuxian regresó, aquel tono despreocupado llegó y enterró todo lo aprendido dentro de la primavera fría en los confines de su mente como alimento nutritivo para sus demonios en crecimiento que no hicieron más que fortalecerse y volverse una bomba de tiempo—. Espero que después de esto nos dejen estar en las aguas termales sino llegaré a la ceremonia con pulmonía
La doncella no esperó más tiempo y se dispuso a salir por su cuenta, lejos de la cascada y siempre dando la espalda al segundo príncipe. Con solo una túnica interior clara y empapada el contorno de su silueta se mostró a la perfección, entre músculos definidos y curvas de las que seria imposible desviar la vista y eso mismo hizo Lan Zhan, después de retirar la cinta que cubría sus ojos vio a Wei Ying tiritando de frío e intentando torpemente cubrirse con otra túnica en busca de calor.
ESTÁS LEYENDO
Intransigente | Mo Dao Zu Shi |
FantasyPara cerrar el tratado de paz de dos naciones sumidas en una guerra de más de una década el futuro emperador, segundo príncipe heredero del contiene Gusu, Lan Wangji se comprometió a desposar a su más grande enemiga. Un general despiadado de rostro...