Dear Dairy

Capitulo 5: "Let's go out"

La luz de un nuevo día comenzó a abrirse paso entre las cortinas de mi apartamento. Aquellos débiles rayos de sol penetraron hasta despertarme de mi profundo sueño. Mis ojos débilmente comenzaron a abrirse, y mis manos impacientes comenzaron a refregarlos. Un suave bostezo salió de mi boca y expectante ante un día nuevo me levanté. Tenía ganas de volver a encontrarme con Styles, realmente sentía la necesidad de ver esa perfecta sonrisa, esos ojos que eran verdaderamente hermosos. Quería conocer más la ciudad, quería comenzar con mi nueva obra de arte. No sabía bien de que trataría, tal vez algo abstracto, tal vez algún sueño.   

De repente recordé aquel sueño, aquel hermoso jardín de pequeñas flores rojas y una chica corriendo en el, llorando. En el escritorio, un pequeño trozo de papel con tres números se hizo visible. Los dos primeros eran los de Louis y Charlotte, ahora, el último suponía yo era de Harry. Increíble que me haya dado su número telefónico. Cogí el teléfono y marqué el número de Harry, el conocía bien a Venecia, y sabría en dónde habría un parque de flores rojas como el de mi sueño; si es que mi sueño estaba relacionado a Venecia. El teléfono sonó dos veces, a la tercera atendió con una voz ronca y gastada, similar a cuando uno se despierta, Harry.  

-Hola. –Susurró el joven mientras se escuchaba soltar un bostezo.  

-¿Harry? Que tal, soy Valerie. –Murmuré mientras acomodaba el celular en mi oído. -¿Te desperté no? Perdón. –Continué mientras gesticulaba una mueca de lamento.

-Nono, tendría que levantarme tarde o temprano. No te preocupes, ¿Necesitabas algo Val? –Exclamó mientras mi garganta se secaba al escuchar mi nombre salir de su voz.

-P-pues, me gustaría preguntarte, si es que no tienes nada que hacer, si, si te gustaría salir un minuto. –Mi voz comenzó a tartamudear, mi garganta se secaba y mis manos sudaban. Si así me ponía por teléfono, ni me quiero imaginar en persona. Harry era apuesto, pero… ¿Por qué me ponía así por un simple chico?

-Me encantaría Val. Al mediodía paso por tu casa. –Exclamó mientras yo proyectaba en mi mente aquella perfecta sonrisa. Colgué el teléfono y al mismo instante revolví todo mi placard.    

No tenía ni la más pálida idea de lo que me pondría, no tenía idea de lo que se usaba generalmente en las citas; no tenía ya imaginada una idea. Simplemente tomé lo primero que vi, una pollera floreada y una remera blanca. Agarré una cinta rosada para el cabello. Las ondas cayeron por mis hombros hasta mi cintura, no quise maquillarme, nunca lo hacía de hecho. Me puse unas sandalias y miré el reloj de mi muñeca, eran las 11:30 pm. Tomé un jugo de naranja del refrigerador, la mayoría de las maletas ya estaban ordenadas, ahora si parecía más un hogar.    

El timbre sonó, aún no era mediodía, no esperaba a nadie más. Abrí aquella puerta, el rostro sonriente de Louis se posó detrás del marco de madera de la misma, con una gran bandeja de aperitivos; no supe que decirle, Charlotte venía atrás de él.  

-… ¡Chicos! –Reaccioné algo tarde ante su llegada, no esperaba que vinieran. En sus rostros vi dibujado perfectamente esa sensación de “Debimos llamar antes”. Los miré y les sonreí, de hecho, aún quedaban unos treinta minutos antes de que Harry llegara, y a puesto de que no le importaría charlar con ellos.  

Así pasaron esos minutos, ellos se habían ido unos cinco minutos antes de que Harry llegara, estoy segura de que se cruzaron. La puerta sonó y la gloriosa imagen de un joven medianamente alto y de cabello rizado se hizo presente. Harry era muy bello, muy guapo. Todos caían rendidos, y eso no me sorprendía en lo absoluto.  

-¿Lista Val? –Exclamó mientras con su mano hacía un movimiento hacía el exterior. Tomé mi cartera y todo lo que necesitaría, luego salimos.